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Los expertos proponen el uso de las redes de telefonía para controlar la propagación de la pandemia

Los móviles pueden ofrecer información sobre la movilidad de la población a gran escala, un elemento clave en la propagación de las enfermedades

Espectadores en un partido del Hércules disputado durante la pasada temporada. jose navarro

Durante la crisis del coronavirus, el Gobierno chino usó la información que le proporcionaban los smartphone de los ciudadanos para dirigir las pruebas frente al virus a sujetos de alto riesgo identificados a través de algoritmos y también para identificar a quienes se podían estar saltando la cuarentena. Esta es quizás una medida de intervención imposible de aplicar en Europa debido a la ley de protección de datos. Pero los expertos señalan que los datos que proporcionan las redes de telefonía pueden ser esenciales para luchar contra esta pandemia, y las que pueden llegar en un futuro.

La ingeniera de Telecomunicaciones Nuria Oliver recuerda que la movilidad humana es uno de los principales factores en la propagación de las enfermedades infecciosas. Si nos movemos, contagiamos a otras personas y la enfermedad sigue su extensión. Gracias a las redes de telefonía, las antenas que hay desplegadas por todas las ciudades, «podemos cuantificar esta movilidad a gran escala». Y lo más importante, «todo ello manejando datos agregados», es decir, agrupando datos de miles de personas y sin ningún tipo de información personal.

De esta forma, se puede llegar a analizar el movimiento de población que hay entre los distintos barrios de una ciudad, «y a partir de aquí calcular hacia donde se van a mover los distintos focos de una enfermedad». También se pueden detectar aglomeraciones de personas y potenciales puntos calientes de propagación de la enfermedad. De esta forma, señala Oliver, los datos de los móviles podrían ser de gran valor para ayudar a planificar mejor los recursos, a entender la efectividad de las distintas medidas que se adoptan para reducir la movilidad de la población y a predecir mejor la propagación de la enfermedad.

Hace una década Nuria Oliver participó en un proyecto donde se analizaron los datos de la red de telefonía móvil para medir el impacto de las medidas que adoptó el gobierno de México en su día para frenar a epidemia de gripe A. «Estudiamos si de verdad había habido una reducción de la movilidad y a través de un modelo epidemiológico comprobamos cómo había evolucionado la epidemia con esas medidas».

Diez años después, y con los smartphones colonizando todos los hogares, Nuria Oliver cree que no hemos sido capaces de sacar el máximo partido a esta tecnología para el control de las pandemias. De hecho, por parte de la Conselleria de Sanidad no se está haciendo uso de estas herramientas para controlar la expansión de la epidemia.

Respecto a un hipotético uso de la información que proporcionan de nuestros teléfonos móviles, como ha hecho el Gobierno chino, las férreas leyes de protección de datos que hay en Europa impiden hacer este tipo de intervenciones en el continente. Ni siquiera en España, tras haber decretado el Gobierno el pasado viernes el estado de alarma. Pero la situación podría cambiar de agravarse la pandemia de coronavirus. El profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Alicante, Manuel Alcaraz, sostiene que si el Gobierno da un paso más y decreta el estado de excepción -el segundo de los tres niveles previstos en la ley del 81- sí que podría valerse de esta información, «ya que se limitan los derechos relacionados con la inviolabilidad de las comunicaciones». Con todo, Alcaraz recuerda que la ley de estados de alarma, excepción y sitio, es muy anterior a la de protección de datos. Actualmente, el Gobierno sólo puede acceder a la información privada de los teléfonos móviles, «sólo si lo autoriza un juez para casos muy concretos, por ejemplo para resolver un secuestro, pero no de una manera masiva».

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