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Toni Cabot

CORONAVIRUS OPINIÓN

Toni Cabot

Noticias desde el Postiguet

Fue el periódico alemán «Die Welt» quien destapó hace unos días la guerra soterrada que, supuestamente, ha comenzado a librarse en torno a las investigaciones sobre el desarrollo de una vacuna contra la pandemia. El diario germano concretaba el tiro en su edición dominical apuntando a Donald Trump, al que acusaba de haber intentado persuadir con una insultante cantidad de dinero (se hablaba de mil millones de dólares) al laboratorio alemán CureVac para acceder a sus investigaciones, al parecer, muy avanzadas en la persecución de la vacuna contra el nuevo virus. Ante ello reaccionó Angela Merkel para dejar claro que Alemania no está en venta. Mientras tanto, la UE ofrecía 80 millones en financiación para agilizar la investigación. La cara buena que se contrapone a los camuflados intereses económicos aparece en la premura por encontrar el antídoto. Y, por lo que se escucha, no es solo CureVac la que desbroza el camino hacia la vacuna definitiva que, una vez patentada, conseguirá el reconocimiento mundial y sus consiguientes parabienes. Hasta la aparición de la crisis sanitaria que nos ocupa, la Oficina Europea de Patentes (EPO), radicada en Múnich, había registrado desde los años noventa en torno a 350 vacunas y medicamentos relacionados con los virus de la rama corona, y uno de los centros que se mantiene más activo es el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), únicamente superado por un laboratorio suizo. La misión a partir de ahora pasa por analizar las solicitudes de patentes que van llegando para examinar la novedad del producto. De ese aspecto concreto en la carrera hacia la luz está informando a la prensa de toda Europa Luis Berenguer, un alicantino que ejerce en Múnich como director de comunicación de la EPO y que actualmente aguarda confinado en régimen de teletrabajo en su casa frente al Postiguet. Berenguer admitía ayer que la EPO ya ha recibido las primeras solicitudes de patentes de medicamentos contra el coronavirus, aunque aclaró que son «pocas» y «aún no públicas». El pico de atención mediática, a raíz de las «adelantadas investigaciones» de CureVac, según aireó «Die Welt», y otras informaciones que señalan también a China con mucho terreno avanzado en el mismo campo, ha colocado a Berenguer, cuyo equipo de comunicación está repartido a causa de la epidemia en La Haya, Berlín, Viena y Múnich, como uno de los puntos de referencia informativa para seguir los resultados de la carrera hacia la vacuna que nos debe librar del mal que nos envuelve. Dicho esto, lo realmente gratificante sería ver muy pronto salir fumata blanca desde el Raval Roig.

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