El coronavirus no entiende ni de clases ni de geografías, y lo mismo te encierra en casa que te atrapa en el paraíso. Un grupo de ocho valencianas, entre las que se encuentra la alcoyana Ana Micó, están viendo cómo un viaje de dos semanas a la isla de Bali (Indonesia), de esos que se guardan en la retina de por vida, se ha convertido en un angustioso periplo rodeado de incertezas.

La cancelación de vuelos a consecuencia de la pandemia mundial por el Covid-19 ha sumido en el desconcierto a este grupo de mujeres y a unos 200 españoles en total, que no saben exactamente cómo salir del «paraíso» y le reclaman soluciones al Ministerio de Exteriores.

En concreto, la alcoyana Ana Micó tenía previsto volver el próximo martes y ahora no tiene claro cuándo podrá hacerlo. «La compañía nos ha cancelado el vuelo» y tras los requerimientos para que «regresemos cuanto antes, hemos intentado adelantar el viaje, pero no hay forma». Según explica la alcoyana, «nadie nos garantiza que lleguemos. La propia Embajada nos dice que volvamos, pero ni ellos mismos saben cómo podemos salir».

El principal problema, según detalla Ana Micó, es que no existe una ruta segura y «podemos quedarnos tiradas en cualquiera de los aeropuertos de tránsito», eso siempre y cuando salga un avión. Y la búsqueda de soluciones no es fácil en medio de una situación tan excepcional. Algunos españoles, desesperados, han llegado a comprar billetes para vuelos que después «no salen»; viajes que además, recalca, «cuestan un dineral».

La máxima preocupación de este grupo de valencianas es que empiezan a detectarse los primeros casos de coronavirus en Bali y «nuestros seguros de viaje no nos cubren al declararse la pandemia». En estos momentos, y sin una solución viable, la alcoyana asegura que se sienten «abandonadas y desprotegidas», y confía en que pronto puedan volver a sus casas.

«Llegamos el día 10», relata por su parte la valenciana de 36 años Carla Moltó, otra de las afectadas. «Llegando a Singapur nos enteramos de la cancelación de las Fallas y los primeros mensajes más preocupantes del presidente Sánchez». Ante el Estado de alarma en España, cuatro amigas del grupo, enfermeras, se marcharon, previo pago de un billete de mil euros, y el lunes llegaron a València. El resto, ahora mismo, vive momentos de angustia, alarmadas por cada noticia que llega, no solo de España, sino de cualquier lugar por donde deben pasar para hacer escala.

«Esto es un sube y baja de emociones brutal. Hemos hablado con la Embajada, el Ministerio de Exteriores. Todos te dicen ‘coge el primer vuelo’, pero llevamos dos días buscando vuelo, hablando con otros españoles en la misma situación (unos 200, calculan, algunos de los cuales han sido vetados en la puerta del avión); y te puedes quedar en las escalas, en cuarentena en un aeropuerto, Singapur no deja pasar españoles», señala.