Poco a poco, miles de turistas van abandonando escalonadamente la provincia de Alicante en una operación de repatriación en la que el aeropuerto de Alicante-Elche se ha convertido en pieza estratégica, como lo demuestra el hecho de que desde ayer se desplegara en la terminal la Unidad Militar de Emergencias, acompañando también a los agentes de la Policía Nacional, que ha reforzado su operativo en la terminal ante la avalancha de pasajeros registrada desde el sábado. Ayer fue un día intenso en el aeropuerto. Aterrizaron cien aviones para llevarse a unos 16.000 pasajeros, turistas que poco a poco van abandonando hoteles y apartamentos. La anécdota fue que muchos de esos cien aparatos aterrizaron con la tripulación y poco más. En concreto, hubo aviones que, al margen de pilotos y personal de cabina, llegaron a Alicante con siete pasajeros. Todo un reflejo de los días que se viven en el aeropuerto. Pocos turistas entran y casi todos se van, porque el cierre de fronteras de todo tipo podría producirse en cualquier momento.

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Los países de la UE aceleran la repatriación de sus turistas ante el avance del coronavirus

El primer país que ha pedido formalmente a sus ciudadanos que vuelvan es Noruega y ayer mismo despegó un Boeing 787-9 Dreamliner enviado vacío por la compañía Norwegian con capacidad para 344 pasajeros y destino Oslo. La imagen del aeropuerto es casi de temporada alta, con miles de pasajeros en busca del mostrador para facturar los equipajes, y autobuses trayendo turistas continuamente. El aeródromo atendió a 100 aviones (ida y vuelta), pero con un 50% menos de tráfico. Conclusión: la mitad de los aparatos aterrizaron prácticamente vacíos y regresaron a sus puntos de origen llenos. Si todo sigue así, el aeropuerto se convertirá en una instalación fantasma en las próximas semanas. Ayer, se cancelaron los vuelos con Viena.

Noruega, cuya principal colonia fuera del país está en la Marina Baixa, implementó desde primera ahora controles en sus fronteras y solo se permite la entrada a los ciudadanos noruegos, así como también a los ciudadanos del Espacio Económico Europeo (UE, más Islandia, Liechtenstein y el Reino Unido) con empleo o residencia en Noruega, y también a sus familias.

Por su parte, los trabajadores que desempeñan su labor en el aeropuerto continúan denunciando el hecho de que la gente siga saliendo y entrando del país en plena pandemia, aglomeraciones, descontrol, y con trabajadores asustados, que lo único que quieren es encerrarse en casa y esperar que todo esto pase. «Ahí es donde entran los otros héroes. Tiramaletas, coordinadores de vuelo, TPC, pasatarjetas de embarque, dependientes, seguridad, limpieza... Personas expuestas a un continuo tráfico de personas de distintos países, ignorantes de si estan contagiadas o no. Personas que nos trasladan sus enfados por cancelaciones, colas, retrasos, carga de equipajes, y masificaciones. Solo pedimos racionalidad», apuntó ayer un grupo de trabajadores. Consideran irresponsable, por ejemplo, que siga abierto el Burger King de la zona de embarque aunque se hayan tomado medidas de seguridad, inexistentes durante el fin de semana. La hamburguesería se mantiene abierta porque en el decreto se la considera como un punto esencial para facilitar comida y bebida a las miles de personas que pasan estos días por la terminal.

La situación, no obstante, ha mejorado mucho en las últimas horas gracias al despliegue de efectivos de la Policía Nacional, en un operativo coordinado por la directora del aeropuerto, Laura Navarro, y el comisario provincial. Los agentes han puesto orden e informan a los turistas de las medidas de seguridad.