Las aglomeraciones en los supermercados de la provincia fueron una constante durante el día de ayer, por el miedo al desabastecimiento provocado por el coronavirus. Desde primera hora de la mañana, antes incluso de que abrieran las grandes y medianas superficies, las colas y los nervios eran latentes entre los ciudadanos que aguardaban para acceder a realizar sus compras.

Algunos establecimientos solicitaron la presencia de agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, aunque no se registraron incidentes. Además, alcaldes varios municipios como Xixona enviaron a la Policía Local a controlar la afluencia de gente en los medianos comercios.

Mientras, en Elche, desde primera hora de la mañana se formaron largas colas a las puertas de las grandes superficies comerciales que hay a lo largo de los distintos barrios de la ciudad, así como establecimientos más pequeños como panaderías.

En ciertas superficies optaron por canalizar el número de clientes con guardias de seguridad que sólo dejaban entrar a ciertos clientes cuando salían otros. En otros negocios los propios trabajadores tenían que salir a la puerta de los comercios para regular el acceso.

Esta situación provocó que se formasen aglomeraciones y no se cumpliese, por tanto, con el metro de distancia que recomiendan las autoridades para evitar el contagio, teniendo en cuenta, además, que entre los clientes se encontraban personas de avanzada edad.

Las compras frenéticas llegaron al extremo de que por la mañana ya faltaban en las estanterías ciertos productos de primera necesidad como papel higiénico y de alimentación, pasta o carne, a pesar de las llamadas a la calma del gobierno autonómico y central sobre el abastecimiento.

Por la tarde fue reduciéndose el número de compradores, aún y así contrastaba la imagen con la tranquilidad que se respiraba en el resto de espacios. Junto a La Glorieta o cerca de la Plaza del Congreso Eucarístico apenas pasaban coches y por primera vez sobresalía el cantar de los pájaros por encima del alboroto en los locales de ocio, que echaron la persiana. En torno al mediodía habían algunos locales como centros de estética abiertos pero sin atención al público, que estaban preparando los locales para el cierre preventivo. En el entorno del campo de fútbol Martínez Valero también era floja la circulación y hoy no se abrirá el tradicional mercadillo que congrega a cientos de personas cada domingo.

Tranquilidad

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, volvió a insistir e hizo un llamamiento a la ciudadanía de «tranquilidad y serenidad» en relación con el «consumo irresponsable» y el acopio de víveres que se está produciendo en los supermercados.

«Las empresas de distribución de la Comunitat dijeron con total claridad que no habrá desabastecimiento» por lo que «se va a poder seguir comprando de una manera ordenada», insistió, y apeló a la ciudadanía a asumir también su «responsabilidad personal» ante la crisis desatada por la pandemia, convencido de que «esta es una batalla que vamos a ganar seguro pero juntos».

Por su parte, la Dirección General de Comercio y Consumo garantizó que «los supermercados van a estar abiertos y con abastecimiento de alimentos los 15 días».