El bombero alicantino Germán Torres está acostumbrado a otros retos de carácter solidario y a situaciones de apuro por su profesión, pero ayer tuvo que enfrentarse a otro que le surgió de forma inesperada cuando disfrutaba de unas vacaciones en Marruecos con su pareja Carolina. El coronavirus provocó que el Reino de Marruecos acordara el cierre de sus fronteras y dejó atrapados a cientos de españoles que ayer estaban desesperados tratando de buscar una solución para salir del país. Cerca de 400 españoles, entre ellos Germán y Carolina, viajaban en vehículos particulares y por tanto no pudieron optar por el regreso vía aérea, que también estaba complicado. Por ello, se agruparon en un grupo de Whatsapp con más de 200 conductores y acordaron dirigirse hacia la frontera de Ceuta para salir del país.

Así lo hicieron Germán y Carolina, aunque fue una carrera contrarreloj con la incertidumbre de no saber si les iban a dejar pasar. La frontera estaba cerrada y únicamente sabían que estaban dejando pasar a españoles que querían salir pero el límite era la medianoche. Fueron 12 largas horas en coche por carreteras que no son precisamente autovías como las de la península, pero al menos lograron entrar anoche en Ceuta y desde allí ya sería más fácil buscar un barco para cruzar el Estrecho.

Sin información oficial

El bombero alicantino y su pareja se quejaron de la respuesta del Gobierno ante la situación de cientos de españoles. «Nos sentimos olvidados y desprotegidos por parte del Gobierno español, nuestro país, ya que no hemos tenido información oficial y en el consulado y en la embajada decían que no sabían nada pese a que somos cientos de españoles los afectados por el cierre de fronteras», relataba ayer a este diario Germán.

Germán Torres, bombero del Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento (SPEIS) de Alicante, llegó a Marruecos con su pareja el pasado viernes y tenían previsto estar hasta el próximo lunes por la noche. Según recordaban ayer mientras circulaban hacia la frontera de Ceuta, llegaron el pasado viernes a Marruecos y no les pusieron ninguna pega: «Solo nos mandaron rellenar una hoja para entrar en el barco diciendo que no teníamos ninguna enfermedad, que no teníamos coronavirus».

Desde ese día hasta el pasado jueves estuvieron disfrutando del viaje y pensando que estaban incluso más seguros que en España ante la amenaza de contagio del coronavirus. Sin embargo, la preocupación comenzó paulatinamente el jueves cuando recibieron noticias de sus familiares advirtiéndoles de que Marruecos cerraban las fronteras, tanto salidas como entradas.

La pareja recibió con asombro la medida acordada por el Reino de Marruecos. Consideraban normal que se prohibiera la entrada pero les parecía «descabellado» que no dejaran salir a personas.

Germán explica que intentaron sin éxito contactar con embajadas y teléfonos de emergencias. Los nervios comenzaron a aflorar cuando les pasaron un comunicado del Reino de Marruecos donde se ordenaba a todas las navieras que quedaban restringidos todos las travesías marítimas de pasajeros y únicamente se autorizaba el tránsito de mercancías.

En ese momento «empezamos a alarmarnos» y, aunque tenían prevista la vuelta el lunes por la noche, decidieron adelantar el regreso porque no sabía cómo iba a evolucionar el problema del temido virus en Marruecos.

Cientos de españoles crearon dos grupos de WhatsApp para salir en coche y avión. Los turistas que viajaban en sus coches particulares decidieron dirigirse a Ceuta, cuya frontera fue reabierta para permitir la salida de españoles del país marroquí.

En peor situación se encontraban numerosos españoles que acudieron al aeropuerto y descubrieron que también se estaban suspendiendo los vuelos por el cierre de fronteras. «La gente del aeropuerto estaba buscando coches de alquiler o autobuses para ir a la frontera», señala Carolina, que es de Madrid y también criticó la falta de información por parte del Gobierno. «Nos ha dejado tirados», lamentaba la pareja del bombero alicantino.

Germán Torres ha protagonizado diversos retos para recaudar fondos para investigar el síndrome de Rett, como una ruta en bicicleta de Barcelona a Roma junto al actor Dani Rovira y otros dos ciclistas, o el rally solidario «Panda Raid 2019» en Marruecos.