Ya se intuía en la rueda de prensa de presentación del proyecto de presupuestos municipales de 2020 que dieron el alcalde, la vicealcaldesa y una silenciosa concejala de Hacienda. Fue una presentación pobre, triste y sin una brizna de ilusión, impulso político o relato de ciudad. Fue una rueda de prensa rara y así lo percibimos los periodistas y la oposición que estábamos en la sala.

Era el preludio de unos presupuestos que nos entregaron en un CD, sí, en un CD. ¿Será la primera muestra tangible del proyecto «Alicante Futura? Aun así, lo peor estaba por llegar. Lo peor era el contenido, unos presupuestos de trámite, que vuelven a sacar a la luz la falta de modelo de ciudad de la derecha, el desconocimiento del bipartito de las necesidades de Alicante, su lejanía ante los retos de la emergencia climática, las desigualdades y la exclusión social, las prioridades de inversiones en barrios, la oportunidad de hacer de Alicante un foco de la innovación y la economía digital y la urgente necesidad de marcar una hoja de ruta de la ciudad. Y, cómo no, evidencian lo cortas que son las patas de las mentiras, las promesas incumplidas y los Barcalaanuncios en los que el alcalde basó su campaña electoral.

No vemos en los presupuestos muchas cosas que esperábamos, y que esperaban los alicantinos y alicantinas, como una nueva escuela infantil pública o nuevos centros sociocomunitarios en barrios como Benalúa, Colonia Requena, Pau2 o Carolinas Altas; no vemos el Centro Comunitario de San Gabriel; ni vemos inversiones en la Zona Norte (a pesar de que habían prometido 100 millones); no vemos más viviendas de alquiler social; no vemos acercarse las inversiones en partidas rurales a los siete millones prometidos en campaña... Desaparecen las ayudas sociales al IBI y no se cumple con la promesa de dar soluciones a los pasos provisionales del futuro Parque Central.

Y, sobre todo, no vemos ni participación, ni diálogo, ni la más mínima voluntad de negociación. No se ha convocado el Consell Social de la Ciutat, ni a las Juntas de Distrito, ni al asociacionismo... ni se ha abierto un mínimo espacio de diálogo con la oposición.

Desgraciadamente las mentiras y el autoritarismo se están convirtiendo en las señas de identidad de la Alcaldía de Barcala que, además, quién sabe si por convicción o por interés, se está alineando con las posiciones ideológicas más duras de la derecha.

Solo cabe destacar de estos presupuestos las inversiones en la EDUSI y mejoras en el mantenimiento de la ciudad, que tendrían más sentido si no sirvieran para engordar la contrata de Limpieza en el final del contrato. Parece que se van recuperando viejos y perniciosos vicios de la derecha, como su vocación por hacer ganar más dinero a los negocios del Sr. Ortiz.

Por su parte, Ciudadanos, con su vicealcaldesa la Sra. Sánchez, siguen pasando de puntillas en el gobierno. Empezar con el PGOU y poner dinero para un estudio del Palacio de Congresos del que no sabemos nada (y por lo que sabemos la vicealcadesa tampoco), no es suficiente para tapar los recortes en Cultura o Cooperación, o la precaria situación de la Concejalía de Igualdad. Estas concejalías, relacionadas con la Agenda 2030, serán las perdedoras del debate de enmiendas parciales. Ahí es donde se materializará el pacto PP-VOX que se está fraguando para aprobar los presupuestos. Y se hará a espaldas de Ciudadanos, consolidando su papel de comparsa de un bipartito cada día más cercano a VOX.

Y luego el Sr. Barcala va a Madrid a hablar de la Agenda 2030 del Ayuntamiento de Alicante. Cuánta incoherencia, cuánta desvergüenza, tanta como reivindicar la poesía de Francisca Aguirre o Miguel Hernández, después de pisotear su memoria.

Desgraciadamente estos mediocres presupuestos tendrán como consecuencia el paso del bipartito al trifachito. O eso o llegar al Pleno sin que Barcala haya negociado con nadie. Cualquier resultado es malo para Alacant. Una cosa lógica para unos malos, tardíos y tristes presupuestos.

¿Hay alternativa? Sí. Que Barcala inicie de verdad un proceso de negociación, donde sea posible que esta propuesta de presupuestos sea simplemente un borrador. Un triste borrador. Pero eso no será posible. Barcala está instalado en el NO. Y en ese NO solo hay espacio para la extrema derecha.