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El Gobierno se plantea ahora reducir a solo 30 hm³ el trasvase del Júcar-Vinalopó

Regantes y expertos consideran un insulto que la CHJ se retire de la Mesa del Agua de la Diputación

Los regantes del Júcar-Vinalopó llevan sin recibir una gota de agua desde el otoño de 2018.

La penúltima. Tras borrarse de la Mesa del Agua de la Diputación, el Gobierno prepara una nueva oferta para a los regantes del trasvase Júcar-Vinalopó que consiste recortar a unos 30 hm³ el caudal máximo a enviar a la provincia desde el Azud de la Marquesa, descartando, definitivamente, los 80 hm³ para los que diseñó una obra en la que se gastaron 400 millones de euros de fondos públicos y que sigue cerrada. El agua llegaría al Medio y Alto Vinalopó y para regadío. Los abastecimientos seguirán utilizando agua de los acuíferos sobreexplotados y en las comarcas más próximas a la costa, agua desalada en la planta de Mutxamel para suministro urbano y agricultura. El Ministerio sigue inflexible, por otro lado, en reclamar los 70 millones de euros de las obras del trasvase, pese a que la responsable del trasvase es la Confederación tras haber expulsado hace cinco años a la Junta Central de su gestión.

Por otro lado, la decisión de la Confederación Hidrográfica del Júcar de salirse de la Mesa Provincial del Agua ha desatado una ola de indignación entre agricultores y expertos. Para el catedrático y exrector de la Universidad de Alicante, Antonio Gil Olcina, «desde un punto de vista objetivo, resulta bien difícil de entender la decisión de los actuales mandatarios de la Confederación del Júcar de no conocer de primera mano, a través de la Mesa Provincial del Agua, los continuos y serios problemas hídricos de las tierras alicantinas, agobiadas por un déficit estructural inadmisible, que debiera ser cuestión de primerísimo orden para las instancias competentes». Gil Olcina recordó ayer, en este sentido, «la presencia constructiva e impecable, en dicho órgano, del representante de la Confederación Hidrográfica del Segura. Todo lo que favorezca la proximidad de los administradores a los administrados en las gravísimas y trascendentales cuestiones que se suscitan en torno al agua, sequías e inundaciones por medio, debe ser potenciado». Para Gil Olcina, «optar por la distancia y el alejamiento no es positivo ni refuerza la solidaridad regional».

Joaquín Melgarejo, director del Instituto del Agua de la Universidad de Alicante, consideró ayer que «se trata de una falta manifiesta de colaboración institucional con otra Administración como es la Diputación. Sobre todo tratándose de una provincia como la nuestra afectada por el Júcar Vinalopó y todas las complicaciones que de él se derivan. Dentro de unos días está previsto que desde la Diputación haya una reunión con los implicados de la provincia para analizar los Esquemas Importantes (Eti) de la Confederación del Júcar, como ya se ha hecho con las Eti del Segura y Tajo y sus posibles alegaciones. La Diputación pretende asesorar y ayudar a los usuarios de Alicante en este importante asunto. Por ello, creo que la CHJ debería seguir estando presente en la Mesa provincial»

Ángel Urbina, portavoz de la comisión técnica de la Diputación y presidente de una las comunidades de regantes afectadas por el bloqueo del Júcar-Vinalopó, señaló que «la Confederación fue utilizada para realizar de forma unilateral el cambio de forma del agua descartando Cortes de Pallás. Tras este despropósito, ahora es incapaz de dar una solución medianamente razonable, ahora tiene hasta vergüenza de estar en esta tierra y sólo intenta olvidarnos, silenciarnos y despreciarnos, como lleva haciéndolo desde hace 15 años». Urbina recordó que «estamos en el momento y en el plazo -acaba el 20 de julio- de la revisión de los dos planes hidrológicos, que afectan a nuestra provincia, únicos planes con déficit, como son el del Júcar y Segura y ante eso, el Gobierno de España, a través de la Confederación Hidrográfica del Júcar, con argumentos peregrinos e insultantes y porque tiene competencia en otras provincias de la Demarcación del Júcar, ha declinado integrarse en la mesa en el que se debate los problemas de agua en Alicante. No se qué diablos hace el delegado del Consell».

Por su parte, Javier Berenguer, presidente de Riegos de Levante, subrayó que «no conozco los motivos que les pueden haber llevado. Creo que hay que aunar esfuerzos. Antes de abandonar la mesa hay que intentar consensuar la planificación del camino a seguir».

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