Con sangre fría y sin derramar una gota de sudor. Así actuaba en Alicante una banda de ladrones desarticulada por la Policía Nacional que se hacían pasar por propietarios de viviendas y llamaban a un cerrajero de guardia para que les abriera la puerta. Pagaban al cerrajero el servicio por la apertura y a continuación desvalijaban la vivienda sin esfuerzo alguno. Muchos de los objetos robados eran posteriormente vendidos en un comercio de compraventa de artículos de segunda mano.

Los astutos ladrones han sido arrestados en una operación llevada a cabo por el Grupo de Delincuencia Especializada de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Alicante, cuyos agentes arrestaron a dos hombres y una mujer como integrantes de un grupo criminal especializado en el robo en el interior de viviendas y la receptación de objetos de procedencia ilícita.

La investigación se inició por la denuncia de una víctima, aunque la Policía Nacional no descarta que haya más afectados por esta nueva modalidad de asaltos. El denunciante relató a los investigadores que descubrió el robo cuando llegó a su domicilio después de trabajar y comprobó que habían cambiado la cerradura.

Una vez consiguió entrar en su propia casa descubrió que el interior estaba todo revuelto y le faltaban diferentes objetos de su propiedad.

Cambio del bombín

Las pesquisas de los agentes del Grupo de Delincuencia Especializada desvelaron que el «modus operandi» de los ladrones consistía en acudir a casas aprovechando la ausencia de sus dueños, llamar a un cerrajero de guardia y hacerse pasar por los legítimos propietarios de las viviendas. El cerrajero se personaba en la casa y cambiaba el bombín de la cerradura.

Una vez tenían acceso libre a la vivienda, los ladrones registraban todo el domicilio y sustraían dispositivos electrónicos, teléfonos, joyas, dinero en efectivo y cualquier otro objeto de valor.

La Policía Nacional también descubrió la existencia de un establecimiento dedicado a la compraventa de objetos de segunda mano que era utilizado por los ladrones para dar salida a parte del botín de los robos.

Una vez fueron identificados los sospechosos los agentes de Delincuencia Especializada detuvieron a tres personas y además llevaron a cabo un registro del comercio de compraventa de segunda mano, donde intervinieron varios relojes de marcas de lujo falsificados y 11.100 euros en efectivo.

Los arrestados fueron puestos a disposición judicial como presuntos autores de delitos de robo con fuerza, receptación y contra la propiedad industrial.

La Policía Nacional de Alicante recordó ayer la obligación de disponer de un registro documental por parte de las personas físicas o jurídicas que realicen actividades relevantes para la seguridad ciudadana, como la compraventa de joyas y metales o la cerrajería de seguridad.

En caso de duda o sospecha estos profesionales deben requerir la comprobación policial, según la Comisaría Provincial.