Vicente Martínez, vicario general de la Diócesis Orihuela-Alicante, ha hecho público un comunicado en el que la Iglesia Católica traslada una serie de recomendaciones a los fieles que acuden a los templos es participar en las celebraciones religiosas siguiendo las indicaciones al respecto de las que ya emitió la Conferencia Episcopal el viernes pasado. Los consejos ya se siguieron ayer en los templos, donde algunos sacerdotes de Alicante aconsejaban no darse la mano en la comunión. El Obispado de Alicante indica también a las iglesias la convenciencia de retirar el agua bendita de las pilas.

"La Iglesia que camina en Orihuela-Alicante está compartiendo con la gente de esta tierra el malestar que la amenaza del coronavirus (COVID-19) está causando en la sociedad. Es por eso que, desde este Obispado se pide que las comunidades cristianas de la Diócesis acompañen a todos aquellos que están sufriendo por esta causa y que eleven oraciones a Dios por los fallecidos, por todas aquellas personas afectadas por el virus, por sus familias y por el personal sanitario que están sirviéndolas con generosidad y abnegación", ha subrayado el vicario Vicente Martínez.

"De igual modo, hacemos un llamamiento a todos los fieles cristianos a asumir con responsabilidad los protocolos de prevención y seguridad que las autoridades competentes han dispuesto a este respecto (https://www.mscbs.gob.es)".

Sugerencias

Además, con el fin de evitar posibles contagios, proponemos a las parroquias y colectivos eclesiales las siguientes sugerencias:

  • Que en los actos de piedad se sustituya el contacto directo con las imágenes (besapiés) por otros más preventivos (inclinación de cabeza).
  • Que se retire el agua bendita de las pilas que hay en la entrada de las iglesias y otros lugares de devoción.
  • Que se evite el contacto físico en el momento de la paz durante la celebración eucarística.
  • Que las personas que administran la comunión eucarística extremen las medidas de higiene (lavado de manos antes y después).
  • Que el sacramento de la Confesión se administre, salvo en casos excepcionales, en el confesionario donde se garantice el aislamiento entre el confesor y el penitente.

"Encomendemos a Santa María la protección de todos. Que Ella nos obtenga de su Hijo la fortaleza para crecer en el amor y la entrega en estos momentos de dificultad", finaliza el comunitario.