La Conselleria de Universidades e Innovación se ha propuesto crear un mesa de reflexión del más alto nivel entre la dirección general de Universidades y los rectores de las cinco universidades de la Comunidad, con el objetivo de dar la vuelta a las actuales cifras de matrícula de alumnas en las carreras relacionadas con la informática, que en la última década han ido a menos en términos de porcentaje con respecto a la matrícula de alumnos.
A pesar de todas las medidas que han ido incorporando las universidades a partir de sus planes de igualdad, el porcentaje de mujeres matriculadas en grados de ingeniería en el campus de Alicante ha descendido un punto en términos globales desde el curso 2010, según los últimos datos computados por la conselleria. Las alumnas en estas carreras han pasado de sumar el 30,1% del total al actual 29%. Aunque el número global de matriculados se ha duplicado pasando de 1.542 el año 2010 a 3.454 el curso pasado, las mujeres matriculadas no han mejorado en porcentaje, sino todo lo contrario.
Las cifras en las universidades de Valencia y Castellón son muy similares en términos de menor presencia femenina que masculina en estas aulas, siempre vinculadas a la ingeniería mecánica, la informática o el diseño industrial, excepto en la Universidad Miguel Hernández de Elche donde, pese a que el número global de matrícula es menor que en el resto de campus, el porcentaje de universitarias ha aumentado tres puntos, desde el 14,3% de las matriculadas al 17% el último curso.
A preguntas de este diario la consellera, Carolina Pascual, subraya que en la próxima década «los puestos de decisión, de poder y de liderazgo van a estar vinculados a estudios STEM» -ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas- , por lo que lograr un mundo más igualitario pasa por «el fomento de la presencia de las mujeres en estos ámbitos, para que sean colíderes en el futuro y haya equilibrio».
Evitar que la escasa matrícula de mujeres respecto a hombres en estas carreras relacionadas con las tecnologías se convierta en una brecha salarial y social en el futuro es lo que pretende la conselleria con la creación de un foro exclusivo con las universidades que de la vuelta a estas cifras.
«Uno de nuestros objetivos es el aumento de vocaciones STEM entre nuestras jóvenes, tanto desde la gestión política como desde los centros educativos y las universidades. Romper los estereotipos de género en el mundo investigador o en las vocaciones científicas es un reto importante porque menos del 30% de los investigadores en todo el mundo son del género femenino»», abunda Pascual.
La creciente digitalización y tecnificación de los puestos de trabajo exige asimismo «impulsar el talento femenino en carreras y profesiones tecnológicas», como aprecia y se ha propuesto la consellera, para que no aumente la brecha salarial y además «las mujeres puedan acceder al mercado laboral en igualdad de condiciones», subraya.
Pascual concluye que el cambio que se busca tampoco se puede circunscribir a las futuras estudiantes de ingenierías o matemáticas, sino que debe ser «transversal, que recorra desde el ámbito académico hasta el empresarial».
