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La «maría» no es tan verde

Juzgados de Alicante autorizan la destrucción de equipos intervenidos en plantaciones por sus efectos dañinos al medio ambiente

Vista general de los equipos almacenados en un depósito judicial. Rafa Arjones

Lámparas con bombillas de mercurio, aparatos de aire acondicionado que emiten gases de efecto invernadero... Las plantaciones de marihuana que desmantelan las Fuerzas de Seguridad del Estado en su lucha contra el tráfico de drogas están llenas de elementos y equipos dañinos contra el medio ambiente y que, tras haber estado funcionando de manera permanente para mantener la temperatura del habitáculo donde se cultivan las plantas, acaban almacenados y abandonados en depósitos judiciales durante años a la espera de juicio. Algunos juzgados de Alicante han empezado a valorar precisamente el factor ecológico para ordenar la destrucción preventiva o el reciclado de algunos de estos equipos, según ha confirmado este diario en fuentes judiciales.

«Las redes de narcotraficantes pueden estar meses para montar una plantación de marihuana. Nosotros tenemos que desmantelarlas a contrarreloj para evitar que las mafias los roben para aprovecharlos en otra superficie de cultivo», así lo explica a este diario el responsable de Servicios Integrales Vital, Jorge Talavera, un depósito judicial que alberga los equipos intervenidos en cerca de una treintena de plantaciones de marihuana procedentes de distintas operaciones policiales a la espera de que los juzgados decidan su destino.

Talavera señala que algunos de los equipos intervenidos no pueden tenerse abandonados en un almacén y que se trata de residuos contaminantes que requieren un tratamiento específico. Fuentes judiciales explicaron que el precepto legal que se está aplicando es el artículo 367 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que permite la destrucción anticipada de los bienes requisados sin necesidad de que haya una sentencia firme cuando su conservación pueda resultar peligrosa para la salud o la seguridad pública. Los jueces están empezando ya a valorar que los motivos ambientales son razón suficiente para la aplicación del precepto.

La misión de estos equipos es mantener a temperaturas de entre sesenta y setenta grados la estancia donde se está cultivando la marihuana. Las Fuerzas de Seguridad han encontrado invernaderos caseros en viviendas desocupadas y dedicadas íntegramente al cultivo de la droga. Pero en ocasiones en lugares totalmente insospechados como fue el hallazgo de cultivos soterrados a cinco metros de profundidad en el interior de seis contenedores marítimos en la partida alicantina de Orgegia y en cuyo interior se encontraron más de 600 plantas.

De los materiales requisados en las plantaciones el que mayor riesgo ambiental supone son las lámparas con mercurio. «Su única finalidad son estas plantaciones, por lo que la única manera de reutilizarlas es el cultivo de la marihuana», explica a este diario Jorge Talavera. Los efectos perniciosos de este metal pesado en el medio ambiente son los que están llevando a los jueces a decretar su eliminación. En esta línea, los filtros de aire o máquinas que se utilizan para separar los cogollos de las plantas son otros de los elementos que se proponen para la destrucción, dado que sólo se usan para el cultivo de marihuana.

Cuestión diferente son los aparatos de aire acondicionado, que realizan emisiones de gases de efecto invernadero. El tenerlos inutilizados o durante la operación para desmontarlos también se generan situaciones de riesgo de escape. Estos equipos suelen ser reutilizados en colegios o en instalaciones policiales, a través del servicio de la Oficina de Gestión y Recuperación de Activos (OGRA) dependiente del Ministerio de Justicia y que funciona desde el año 2015. En este apartado, Talavera advierte de que estos aparatos no pueden ser reutilizados sin más, sino que deben hacerse antes labores de limpieza y desinfección, ya que han estado funcionando de manera casi permanente.

Dentro de los equipos requisados en estas plantaciones, también hay transformadores, ventiladores e incluso las planchas de los sistemas de ventilación que suelen quedarse almacenados en el depósito hasta que el proceso judicial queda totalmente finalizado. Un plazo que no es precisamente ágil, dada la saturación de la Justicia.

Ropa falsificada

Otro de los productos que se acumulan en los depósitos judiciales son las prendas de vestir que las Fuerzas de Seguridad suelen decomisar tanto en el top manta como en algunos comercios que las venden de manera ilegal. Talavera explica que la mala calidad de algunas de estas falsificaciones supone que se utilizan tintes con riesgo de toxicidad y productos de baja calidad, que también suponen un riesgo ambiental y que suelen quedarse almacenadas en los depósitos judiciales durante años a la espera de que llegue la sentencia que ponga fin al proceso judicial.

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