La paralización de las fábricas chinas como consecuencia de la crisis del coronavirus ha dejado en el aire el 60% de la producción del sector juguetero, con gran implantación en la provincia de Alicante. La demora en el suministro de piezas y componentes amenaza con detener la fabricación de las empresas alicantinas a partir del mes de mayo, lo que empezaría a acarrear graves consecuencias económicas. El problema radica en que se están encontrando muchas dificultades para localizar proveedores alternativos, lo que propicia que apenas se pueda reducir la dependencia que el sector tiene del país asiático.

Lo que más temían los jugueteros ha acabado por convertirse en realidad. Los primeros casos de coronavirus en China se registraron en diciembre pasado, cuando todavía el sector no había iniciado la producción, por lo que las repercusiones fueron mínimas. Sin embargo, en aquel momento ya se advertía que la situación podría ponerse especialmente delicada si los problemas derivados de esta crisis persistían en marzo, justo cuando las empresas retomaban la actividad.

Pues bien, ese momento ha llegado, dejando en el aire nada menos que el 60% de la producción, porcentaje que el sector nacional y, por extensión, el de la provincia de Alicante, tiene localizado en el país asiático.

El presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, José Antonio Pastor, explica que la incidencia en las empresas está siendo irregular, dependiendo de su planificación y de si elaboran piezas o artículos completos en China. «Vamos a ver la evolución de las cosas. Esperamos que la actividad en el país asiático se reanude con la mayor celeridad posible. De entrada ya está provocando graves quebraderos de cabeza y una gran preocupación, pero evidentemente si la situación se mantuviera hasta navidades estaríamos hablando de un auténtico desastre», enfatiza.

El problema añadido al que se enfrentan las empresas es que tropiezan con graves dificultades para encontrar provedores alternativos. Según Pastor, «hay componentes que no se encuentran en otros sitios, y la mayor parte de las empresas que sí los producen no tienen la suficiente capacidad como para absorber la demanda del sector. Así que la dependencia de China continúa siendo muy alta».

Las fábricas de la provincia, de momento, están pudiendo capear el temporal, pero su actividad se detendrá en pocas semanas si la falta de suministro persiste. Un ejemplo de ello es Injusa. Fuentes de la empresa explican que de momento están produciendo con normalidad en su fábrica de Ibi, pero que se verán obligados a detener la producción en mayo si no llegan componentes que dependen de China. Se trata, entre otras piezas, de baterías de plomo seco que no se elaboran en ningún lugar de Europa, y que resultan imprescindibles para los vehículos que comercializa esta mercantil. En esta misma situación se encuentran otras muchas firmas del sector.

De acuerdo con la información que llega desde el gigante asiático, está previsto que las fábricas de juguetes reinicien la actividad a mediados de este mismo mes, aunque de una forma progresiva y a un ritmo mucho más lento de lo que es habitual, por lo que los problemas de suministro parecen garantizados.

La esperanza del sector reside en que se pueda recuperar la normalidad lo antes posible, aunque todo apunta a que las empresas tendrán problemas para servir los pedidos en los plazos previstos, con las consiguientes consecuencias a nivel económico. La única ventaja para los jugueteros, en esta ocasión sí, es que se trata de un sector sometido a una fuerte estacionalidad, que concentra la inmensa mayor parte de las ventas en la recta final del año.

Hay que destacar que la provincia de Alicante, considerada como la cuna del juguete, cuenta con un total de 69 empresas de este sector, que representan el 27% del total de las firmas radicadas en España. La facturación alcanza los 412 millones de euros, lo que supone un 25% del conjunto.

José Antonio Pastor, por otro lado, señala que desde la Asociación Española de Fabricantes están pendientes de todas las instrucciones que llegan desde el gobierno para la prevención del coronavirus en los centros de trabajo. También están en permanente contacto con la CEOE.