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Las alumnas se sienten más inseguras de camino al instituto por el acoso machista

El primer informe del Consejo Escolar sobre micromachismos pide agentes contra la violencia a las mujeres en locales de ocio

Manifestación del Día de la Mujer en Alicante en 2019

El primer informe sobre el machismo cotidiano percibido en las aulas de Secundaria y Bachillerato, elaborado por el Consejo Escolar Valenciano a instancias del Síndic de Greuges en la lucha contra la violencia de género, revela que las adolescentes se sienten inseguras en el trayecto diario a los institutos cuando van por la tarde o por la noche, a consecuencia del acoso machista.

«Las chicas expresan la vivencia del espacio público como más hostil e inseguro que los chicos. Podemos concluir que el miedo es unidireccional», concreta el informe a tenor de las respuestas de unas y otros sobre su percepción del machismo cotidiano. «Temen que un hombre pueda hacerles cualquier cosa y refuerza su sensación de vulnerabilidad», precisa el estudio en sus conclusiones sobre las relaciones del alumnado.

Estrategia

Entre las posibles intervenciones públicas que las propias alumnas sugieren para acabar con ese malestar, citan la mejora de la iluminación de las calles, así como la estrategia de ir a clase en grupo «lo que reduce de forma significativa esa sensación de miedo», concretan los expertos universitarios que han participado en la investigación. «Ir acompañada suele dar seguridad», revela alguno de los mensajes escritos por las estudiantes que se reproducen en el informe al que ha tenido acceso este diario.

El documento que ayer entregó personalmente la presidenta del Consejo Escolar Valenciano, Encarna Cuenca, al Síndic de Greuges en su oficina en Alicante, incluye la reclamación de agentes contra la violencia a las mujeres en los locales de ocio «porque la socialización de género limita a las chicas a través del miedo», se indica.

En los talleres organizados con el alumnado para detectar lo que consideran normal o deseable en su apariencia física, se incluye a estudiantes de los últimos cursos de Primaria «desde los 11 años, porque son edades en las que influye mucho el grupo de iguales», como subraya la investigación.

Las respuestas obtenidas permiten concluir que el aspecto físico «condiciona los mecanismos de identificación» a estas edades, y que se inclinan hacia un determinado canon corporal que relacionan con la ropa y modelos estilizados como los que presentan las «influencers» en las redes sociales.

De hecho, ante fotografías de personas con sobrepeso, las alumnas concluyen con expresiones como la de que «parece gótica», mostrando un distanciamiento explícito, aunque presentan al mismo tiempo un discurso «políticamente correcto» que resulta contradictorio con sus reacciones reales. La influencia social al respecto viene dada por frases cotidianas del tipo «si no haces por mejorar tu aspecto, tu pareja se fijará en otras».

Las recomendaciones del Consejo Escolar Valenciano para erradicar estos machismos pasan por incluir en los planes de cada centro educativo, que se aprueban cada nuevo curso, una formación afectivo-sexual y emocional para incluir la perspectiva de género de una forma fehaciente, tanto para prevenir posibles trastornos alimenticios como para evaluar a lo largo del curso el índice de sexismo en los institutos. Esta labor en concreto la dirigen hacia los coordinadores de Igualdad y de Convivencia incorporados por la Conselleria de Educación en colegios e institutos.

El propio informe advierte a su vez de que ni siquiera el profesorado es consciente del sexismo existente en las aulas que genera discriminación hacia la mujer, por lo que insiste en la formación docente, como concluye la investigación. El Consejo Escolar aprecia los resultados de este primer informe como un indicativo «exploratorio» que permite «apuntar» las citadas líneas de actuación.

«Baboseo» y «ligoteo» producen malestar entre las estudiantes

Las estudiantes encuestadas califican como «baboseo» el acoso verbal que dicen sufrir «con la excusa del ligoteo», especialmente durante el tiempo de ocio, lo que a su vez les produce «malestar», aunque en estos casos no lo relacionan con una sensación ni de miedo ni de inseguridad. Los expertos autores del primer informe sobre el machismo entre los estudiantes, insisten en que estas formas de proceder son en toda regla una «agresión» verbal, por lo que lamentan que las adolescentes no lo perciban así. Sostienen que al «haber sido educadas en ciertos tipos de violencia sutil», las adolescentes actuales acaban considerando el acoso verbal en general como una «normalidad festiva». Para tratar de reconducir estas acciones, desde el Consejo Escolar se recomienda a los centros educativos que lleven a cabo talleres y entrevistas con las familias, «para sensibilizar y concienciar a padres y madres de la importancia de transmitir roles y valores no diferenciados a sus hijos e hijas» También apuntan la necesidad de acciones formativas entre los padres para «desenmascarar las violencias machistas y las dependencias emocionales» de forma que las puedan detectar de inmediato.

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