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Pedro Moreno: «El trasplante de cabeza quizás se logre a nivel técnico, pero jamás podremos cambiar el dilema ético que implica»

Pedro Moreno lleva 40 años operando el órgano más complejo que tiene el ser humano, el cerebro

El doctor Pedro Moreno, en su despacho del Hospital General. | HÉCTOR FUENTES

Su especialidad tiene fama de ser de las más complicadas de ejercer, ¿comparte esta idea?

Es dura de ejercer porque es una especialidad tremendamente demandante de tiempo. Hay cirugías que duran hasta 10 ó 12 horas, en unas posiciones muy incómodas, con gran tensión. Las posibilidades de error son mínimas, las diferencias a la hora de tomar decisiones son milimétricas y por lo tanto la demanda y la exigencia física y mental son tremendas. Pero también es la especialidad más bonita.

A todos nos aterra la idea de que nos puedan operar el cerebro.

Evidentemente. El cerebro . Es el órgano más importante que tenemos. Todos lo son, pero el que nos da sentido a la vida como humanos es el cerebro. Las cosas han cambiado desde que empecé como residente hace 40 años. Hay mejores herramientas y mejores métodos de diagnóstico. La supervivencia también ha mejorado. Pero las manos siguen siendo las mismas. El conocimiento de la anatomía es lo que hace que tengamos el avance que hemos tenido. Son el factor fundamental y ahora tenemos un equipo magnífico, que ha elevado el nivel del servicio.

«En nuestra especialidad las diferencias a la hora de tomar decisiones son milimétricas»

¿Qué ha aprendido sobre el cerebro en estos 40 años?

Que las cosas hay que hacerlas sencillas y simples, para complicarnos la vida siempre hay tiempo. En los años 90 y principio de 2000 hubo una revolución en la cirugía de base de cráneo. Se decía que para tocar menos el cerebro en este tipo de lesiones, que son las más problemáticas, había que quitar mucho cráneo para poder acceder y tocar menos el cerebro. Con el paso del tiempo se ha vuelto a la normalidad. Cuanto más sencillo, mejor.

¿Cree que pronto veremos avances en lo que sabemos sobre este órgano?

No creo. Quizá las novedades vengan de cambios en los tratamientos de los tumores cerebrales. Antes se daba a todos lo mismo y ahora, con la biología molecular, empezamos a saber que hay diferencias en los tumores y podemos ofrecer tratamientos más personalizados. Las nuevas investigaciones en cirugía .

«Veremos novedades en el tratamiento de los tumores, con terapias más personalizadas»

¿Se llegarán a poder hacer trasplante de cabeza?

En realidad es un trasplante de cuerpo, porque la cabeza está sana y lo que se trasplanta es el cuerpo. Quizá técnicamente en algún momento se pueda hacer. Conseguir que funcione, empalmar las arterias carótidas, empalmar y cortar la médula espinal y que se consiga... quizá en algún momento se logre. Lo que no conseguiremos es cambiar el sentido ético de lo que es un cerebro y un cuerpo distinto. ¿Quién manda? ¿De quién es la personalidad, del cuerpo o del cerebro? Si es una persona joven se tiene que reproducir. ¿Sus hijos de quién son, del donante o del receptor? Los sentimientos, las sensaciones... el cerebro recibe la información externa del cuerpo. Hay muchos dilemas. Una cosa es la técnica pero somos la mente. Hay muchas cosas que habría que preguntarse antes.

¿Se llegará a dar una respuesta a las personas con lesiones medulares para que puedan volver a caminar?

Creo que será más fácil mejorar su situación con herramientas exteriores, como los exoesqueletos. En España hay un estudio muy importante en marcha en el Hospital Puerta de Hierro con lesionados medulares e implantes de células madre. Hay optimismo a la hora de conseguir algunos avances. Parece que es posible recuperar algunas funciones como el control de esfínteres y control de sensaciones. La parte motora será más fácil con elementos externos.

«Las lesiones en la espalda son cada vez más frecuentes por malas posturas y nuestra vida sedentaria»

Hace pocos años nos sorprendían las primeras operaciones de neurocirugía con el paciente despierto. ¿Son cada vez más habituales este tipo de intervenciones?

Son frecuentes ya. El cerebro no duele, duele el hueso, las meninges... se puede hacer sin problema. Se requiere, eso sí, de mucha tranquilidad. Pero solo sirve para lesiones muy concretas en áreas en las que necesitas saber que no vas a ocasionar más lesiones de las que tiene el paciente. En el resto de casos merece la pena dormir al paciente, porque así está todo el mundo más tranquilo, sobre todo el cirujano y eso es importante. La tranquilidad del cirujano es más importante a veces que la del paciente.

Ustedes también se encargan de operar las lesiones en las vértebras. ¿Son intervenciones cada vez más frecuentes? ¿Machacamos mucho nuestras espaldas?

Sí, son cada vez más frecuentes. Con la resonancia cada vez se detectan lesiones de forma más precoz y la rehabilitación en estos casos es escasa. La gran mayoría son problemas mecánicos, que mejorarían con una mejor higiene postural: saber cómo sentarse, como agacharse... Es una patología que la hemos ido haciendo nosotros ya que somos más sedentarios.

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