La expansión de la epidemia del coronavirus en China, zona donde apareció el brote, y en la cercana Italia comienza a preocupar a sectores económicos de la provincia que tienen importantes relaciones comerciales con ambos territorios. De hecho, el comercio exterior de Alicante con el país transalpino y con el gigante asiático sumaría una cifra de 2.298 millones, entre exportaciones e importaciones. Además, Italia es el tercer socio comercial de la provincia, solo por detrás de Francia y Alemania, mientras que, curiosamente, es el segundo proveedor, después de China, que viene liderando hace años las importaciones. El último año, las compras de la provincia a la segunda potencia del mundo representaron más de 1.222 millones; sin embargo las ventas provinciales a este país alcanzaron los 116,3 millones de euros. Un importante desfase comercial.
Por contra, con Italia el saldo es favorable a Alicante, ya que esta importó productos italianos por valor de 444,1 millones y le vendió artículos alicantinos por más de 515,7 millones, según los datos del Instituto de Comercio Exterior (ICEX) en Alicante. Lo que más exporta Alicante a Italia es calzado, frutas, aluminio y plásticos; y lo que más importa son pieles, maquinaria y plástico. En el caso de China, la venta mayoritaria, también, son zapatos, seguidos del mármol en bruto y las pieles. Por contra, sus importaciones a Alicante superan la cifra de la exportación. Calzado y juguete representan las principales ventas, seguidas de las manufacturas de cuero, plástico y textiles.
El impacto en la economía china
Aunque los analistas se muestran cautos sobre el impacto a corto y medio plazo en la economía de la epidemia del coronavirus, la bajada de las Bolsas europeas el lunes, tras conocerse que en Italia habían fallecido varias personas por la enfermedad, fue un primer indicador, aunque «no el más relevante», para Ignacio Jiménez Raneda, catedrático en el Departamento de Fundamentos del Análisis Económico de la Universidad de Alicante (UA). El experto añade que «los mercados de valores son muy volátiles, reaccionan ante cualquier noticia preocupante, pero luego se ajustan». El impacto más significativo para los analistas sería que hubiera una mayor propagación de la epidemia y que acabara afectando a las economías de ambos países, en su PIB.
La cadena de suministros, clave
Porque una reducción de la actividad productiva, en cualquier país, suele suponer un descenso del consumo interno y, por lo tanto, disminuiría los volúmenes de importaciones y exportaciones. De ahí la importancia que tiene el avance o no del coronavirus en una economía muy global, ya que el impacto sería, en realidad, para el comercio mundial. De momento, ya se sabe que desde que comenzó el Año Nuevo Chino, el 25 de febrero, que coincidió con la aparición del brote de coronavirus y su expansión en el país asiático, la inmensa mayoría de las fábricas y negocios en del gigante asiático están paralizadas.
Una circunstancia relevante porque es la segunda potencia global y el primer proveedor mundial, especialmente, de imputs intermedios (materias primas, por ejemplo) para productos finales de empresas cuya sede está fuera de China. Para Jiménez Raneda, eso «supondría una rotura de stocks, de la cadena de suministros y la imposibilidad de cumplir las entregas en las fechas convenidas». Y ese temor se está percibiendo, ya que, como ayer publicó este diario, grandes multinacionales del textil o calzado negocian con empresas de la provincia para que éstas puedan suplir la producción que ellas tienen bloqueada en China.
Por otra parte, en Alicante el próximo «examen» a los efectos del coronavirus es la feria de los componentes Futurmoda, que se celebra en IFA del 11 al 12 de marzo. Según la asociación AEC, se esperan 450 expositores, de los que 53 son de Italia, que no han anulado su participación. Si lo hicieron hace unas semanas tres firmas chinas.
