La tasa turística para gravar el alojamiento queda fuera del plan estratégico del Consell para el turismo en los próximos cinco años. Adaptar el modelo turístico a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, convertir los destinos en completamente inteligentes aplicando las nuevas tecnologías, avanzar en el turismo inclusivo y en la cualificación profesional para desterrar, por completo, que el día a día del sector esté basado en una política de bajos precios y, por ende, salarios precarios. Estas son las líneas maestras que recoge la Estrategia del Turismo de la Comunidad Valenciana 2020-2025, presentada ayer al sector en València por el presidente Ximo Puig, con el objetivo de consolidar un cambio de modelo y resituar, tanto en el mercado nacional como internacional, a un sector ya maduro que debe «aterrizar en la nueva economía» y competir en calidad y no en precios con otros destinos.

No en vano, el sector mueve -según datos cerrados de 2019- cerca de 14.000 millones de euros al año y mantiene en 14% del empleo. Certa de 30 millones de turistas pasan sus vacaciones en la Comunidad, la mitad en la Costa Blanca y un tercio de los visitantes son autóctonos. Buenas palabras pero el sector volvió a echar en falta un factor clave: el presupuesto para acometer las actuaciones que se planteen.

La estrategia recoge el trabajo desarrollado en los cuatro últimos años en Turisme Comunitat Valenciana, básicamente en el Instituto Valenciano de Investigaciones Turísticas (Invattur) de Benidorm. Ximo Puig, presentó el documento a representantes de los ayuntamientos, cámaras de comercio, universidades y asociaciones empresariales del sector turístico. El objetivo es abrir un proceso de discusión, en el que los actores implicados podrán hacer sus aportaciones en las próximas semanas, para que antes del verano pueda estar aprobada la Estrategia de Turismo definitiva para los próximos cinco años.

Puig subrayó que el plan desarrollado por la Generalitat no contempla la aplicación de la tasa turística, aunque indicó que al tratarse de un documento abierto y participativo es posible que durante ese proceso se trate esta cuestión. La estrategia presentada busca consolidar a la Comunidad Valenciana como un destino turístico hospitalario, que genere confianza entre los turistas, y que evite la existencia de problemas o confrontaciones entre los turistas y la población, como los surgidos en otros lugares.

Aspira también a impulsar la competitividad de un sector, que según Puig, no puede competir en precios con otros destinos turísticos, pero sí en calidad. De ahí, enfatizó Puig, la importancia de incrementar la formación y reforzar el capital humano, algo que repercutirá también en la mejora de los salarios y en la reducción de la precariedad.

Otro de los objetivos de esta estrategia es el de favorecer la vertebración de esta autonomía, para aumentar el número de turistas internos, así como impulsar la «buena gobernanza» y aprovechar la innovación para que «un sector maduro como el turístico «transite hacia esa nueva economía», aseveró Puig. El presidente considera que este es un «buen momento» para plantear esta estrategia, ya que los datos turísticos en la Comunidad Valenciana son muy positivos y el sector está aterrizando en la nueva economía y tiene capacidad para resituarse «más y mejor en el mercado nacional e internacional». El número de turistas creció un 50% en la última legislatura, y los turistas dejaron una inyección de 13.439 millones de euros en 2019, de los que más de 9.600 millones procedían del turismo extranjero.

Por su parte, el secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, apuntó que con esta estrategia se completa el recorrido teórico iniciado con el libro blanco del turismo, la ley de ocio y hospitalidad, el código ético el turismo o las medidas relacionadas con los objetivos de desarrollo sostenible.