Un auténtico laberinto. Los vecinos del PAU 5 denuncian la falta de conexiones entre las viviendas de la segunda y tercera línea con la playa de Muchavista. «Si queremos bajar a la costa a coger el tranvía tenemos que dar una vuelta de casi un kilómetro y entrar a través de verjas rotas». Los residentes del nuevo tramo que conecta El Campello con la playa de San Juan, en concreto los que habitan en el entorno de la glorieta de la Democracia, avenida Maestro José Garberí Serrano y la calle de la Pasión, se enfrentan día a día a «una odisea» para acceder a la avenida de Niza.
Sin caminos directos por el exceso de obras y edificaciones, los afectados se ven obligados a buscar pasos entre parcelas privadas que apenas cuentan con alumbrado público y almacenan grandes cantidades de escombros. El escenario expuesto por los residentes se agrava debido a que un grupo se vio obligado a crear un camino y costear su asfaltado. «Llevamos así más de un año y el Ayuntamiento no nos han dado, de momento, ninguna solución». indica la asociación de vecinos «Juntos Avanzamos Playa de San Juan». Su presidente, José Vicente Caracena, añade que «es demencial» que los habitantes de este nuevo complejo no cuenten con salidas «dignas» ni para la costa ni para conectar con el TRAM, puesto que la única parada del transporte público se encuentra al otro lado de dos recintos privados vallados y precintados por las labores de construcción.
«Han tenido que romper las alambradas para poder acceder de manera directa a la playa, mientras que se han buscado soluciones para no verse obligados a caminar cientos de metros por la deficiente planificación en las obras», sostiene el presidente del colectivo vecinal. Además, los dos únicos puntos para poder salir de los bloques de viviendas «no se encuentran en condiciones para el paso continuo de peatones», afirma Caracena. En concreto se trata de una apertura por una verja en un lado de la rotonda principal del PAU 5 mientras que la otra se encuentra en una calle próxima que fue creada por los propios vecinos y que desemboca en la denominado «camino de Muchavista». Un tramo esquinado sin pavimento que se encharca con cada episodio de lluvias y que no cuenta tampoco con alumbrado público. «Da miedo caminar por aquí durante las noches», resalta una vecina afectada.
Loreto, residente del PAU 5, asegura que el proceso de expansión que ha sufrido todo el complejo no ha contemplado «una suficiente dotación de servicios mínimos, tanto de seguridad, limpieza y mantenimiento». Indica que en los últimos seis años se han edificado alrededor de once macrourbanizaciones con más de tres mil viviendas. «Con esa capacidad de aumento de la población no se puede permitir que la zona carezca de accesos controlados y seguros hacia la playa y la única parada que hay de transporte público», subraya la residentes.
«Afán recaudatorio»
Los damnificados señalan directamente al Ayuntamiento de Alicante como principal responsable de esta problemática. «Es una zona olvidada del centro de la ciudad que ha sufrido un gran crecimiento y que parece que solo les importa para recaudar el IBI», observan. Sobre las principales carencias del PAU 5, además de los dos citados accesos, añaden que no disponen de suficientes contenedores en un tramo de 800 metros para el total de basura que generan los miles de residentes. «No fumigan ni se atiende el arbolado ni se atiende a las necesidades de la limpieza, en general carecemos de dotaciones primordiales para una zona tan cara de Alicante», argumentan.
Asimismo, la calle donde desemboca el camino que han abierto los vecinos está llena de heces de animales, con boquetes en el camino y casquillos de los postes sin luz en mal estado de conservación. Por su parte, el área de Urbanismo, tras hablar con los vecinos, asegura que «estudiará la problemática de la zona» y se volverá a entrevistar con los afectados para posibles soluciones.
