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El Hospital de Sant Joan implanta una nueva técnica para mejorar el diagnóstico del párkinson

El centro sanitario emplea la tecnología Pet Tac para aquellos pacientes con temblores en los que otras pruebas no han sido concluyentes

Imagen del aparato Pet Tac del Hospital de Sant Joan, de referencia para casi toda la provincia de Alicante. pilar cortés

El Hospital de Sant Joan va a comenzar a aplicar una nueva técnica que permitirá mejorar el diagnóstico del párkinson en aquellos pacientes en los que otras pruebas generalmente utilizadas para detectar esta dolencia no son concluyentes. Para ello se va a utilizar el Pet Tac que el centro sanitario instaló en mayo de 2017 y que hasta el momento se ha utilizado, principalmente para estudios de metástasis en cáncer y para el diagnóstico del alzhéimer.

Sin embargo, este año «vamos a empezar a utilizar un nuevo radiofármaco que es más sensible a la hora de diferenciar si una persona sufre párkinson o tienen los denominados temblores esenciales», explica José Verdú, responsable de Medicina Nuclear en el Hospital de Sant Joan. Poder diferenciar el origen de estos temblores es importante, ya que «el temblor esencial tiene un tratamiento sencillo». Generalmente, para el diagnóstico del párkinson se utiliza una prueba llamada gammagrafía, «pero no en todos los pacientes es concluyente». Otra de las ventajas del Pet Tac, «es que en dos horas puedes tener hecha la prueba y con la gammagrafía puedes estar cuatro o cinco, y para estos pacientes el tiempo es esencial». Verdú también señala que las aplicaciones del Pet Tac se extenderán este año al diagnóstico de tumores neuroendocrinos poco frecuentes y de crecimiento lento.

El Hospital de Sant Joan es el único centro de gestión pública de la provincia que cuenta con un Pet Tac. También lo tiene el Hospital del Vinalopó, público de gestión privada. En este sentido, Sant Joan asume todos los pacientes de la provincia, menos los de Elche y parte de Elda. Durante el año pasado se hicieron pruebas a más de 3.000 pacientes, sobre todo de oncología. «La ventaja de esta tecnología es que no sólo puedes ver lesiones de un tamaño muy pequeño, sino también comprobar si el tumor está activo y consume glucosa, que es lo que inyectamos al paciente, lo que varía mucho el pronóstico de la enfermedad».

Otra ventaja es que la prueba hace un barrido por el cuerpo entero del paciente, de la cabeza a los pies. En este sentido, afirma Verdú, el Pet Tac «es una prueba esencial en el estudio de la metástasis». También se emplea cada vez más para comprobar la respuesta que el paciente está teniendo a la quimioterapia. «Los oncólogos nos remiten a los enfermos cuando llevan dos ciclos de tratamiento, para ver la evolución y valorar si hay que cambiar la medicación». Además de la oncología, el Pet Tac se está utilizando para el diagnóstico del alzhéimer, en aquellos casos en los que otras pruebas no son concluyentes o al paciente no se le puede hacer una punción lumbar para determinar si padece esta enfermedad neurodegenerativa. «Gracias al uso de un radiofármaco concreto podemos detectar si hay placas de amiloide depositadas en el cerebro del paciente, y que dan origen a la enfermedad y así diferenciar el alzhéimer de otro tipo de demencia». Para poder hacer frente al creciente volumen de trabajo, el Hospital de Sant Joan ha implantado un turno de tarde exclusivo para el Pet Tac. «Ha sido un esfuerzo importante, ya que incluye a un médico nuclear, un radiólogo, un enfermero, un técnico y un administrativo», señala Verdú.

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