El Ministerio de Transportes y Movilidad (antes Fomento) ha comenzado a desmantelar la red de peajes de la antigua autopista AP-7, gratuita desde el pasado 1 de enero, pero que todavía conserva las viejas infraestructuras de regulación y cobro, algunas todavía intactas. Los primeros pasos se han dado en el antiguo peaje de Sant Joan, por el que pasan diariamente casi 27.000 vehículos, un 91% más que cuando al carretera era de pago. El ministerio ha contratado por la vía de urgencia el desmantelamiento de los peajes y también la conservación de la autopista, cuyo coste se cifra en 30 millones de euros al año.

La liberalización del peaje ha sido todo un éxito como lo demuestra el hecho de que el tráfico medio diario ha pasado de los 12.783 vehículos circulando entre Alicante y València en 2019 a los 28.055 al día en este mes y medio de 2020. Mientras, en la N-332 la intensidad de tráfico en el mismo tramo ha pasado de los 28.536 vehículos diarios a los 22.747. Transportes estima que la reducción del tráfico pesado ha sido del 34%.

Según el Gobierno, desde el levantamiento de las barreras, circular entre Alicante y Tarragona (374 kilómetros) es un 93% más barato, unos 300 millones de euros de ahorro. Además, el tráfico de vehículos pesados en las carreteras alternativas a la AP-7 ha descendido un 30%, incrementándose en la autopista.

Por otro lado, el ministro José Luis Ábalos, anunció ayer la modificación de la Orden Ministerial de accesos a la Red de Carreteras del Estado para regular la instalación, junto a las carreteras estatales, de puntos de recarga eléctrica y promover el despliegue por operadores privados de una red de recarga de vehículos eléctricos. En su intervención en la inauguración del VIII Congreso Nacional de Ingeniería Civil, organizado en Madrid por el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, Ábalos mencionó, además, la necesidad de actuar en el ámbito interurbano, con medidas destinadas a impulsar las energías renovables, la sostenibilidad y la transición al futuro coche autónomo.