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Ningún municipio ha registrado los cambios en sus fronteras desde finales del siglo XIX

El Instituto Cartográfico Valenciano ofrece asistencia gratuita a las localidades que quieran modernizar sus términos, pero solo trece se han embarcado en los trabajos

Ningún municipio ha registrado los cambios en sus fronteras desde finales del siglo XIX

El 90% de los términos de los 542 municipios actuales de la Comunidad Valenciana se deslindaron a finales del siglo XIX y principios del XX. Y así siguen más de un siglo después según las actas de deslinde vigentes. La situación en la provincia todavía tiene peores números, ya que «ningún pueblo ha actualizado oficialmente sus límites», según fuentes de la Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad.

Esto quiere decir que las mejoras geométricas que se han realizado aún no han sido inscritas en el Registro Central de Cartografía, dependiente del Consejo Nacional de Información Geográfica. De hecho, solo trece localidades alicantinas han dado el paso e iniciado los trabajos, a través de los conocidos como «proyectos de recuperación y mejora geométrica de las líneas límites jurisdiccionales». Se trata, por un lado, de Dénia, Els Poblets, El Verger, Ondara y Xàbia, que a lo largo de 2020 habrán ejecutado las mejoras geométricas en su totalidad.

A estos hay que añadir a Benimeli, Beniarbeig, Pedreguer, Gata de Gorgos, Teulada y El Poble Nou de Benitatxell, también en la Marina Alta, que lo harán parcialmente. Además, este ejercicio también se ejecutarán en la Vega Baja los trabajos de mejora geométrica de la línea Orihuela-Rafal, de 6,58 kilómetros, añadieron fuentes de la Conselleria.

El Instituto Geográfico Nacional (IGN) inició a finales del siglo XIX y principios del XX la ingente tarea de marcar los límites de cada término municipal como parte del proyecto nacional de formar un mapa municipal de todo el país. «Fue una epopeya porque envió a topógrafos por toda España, que lograron deslindar el 90% de los términos municipales, a pesar de la limitación de medios ya que sólo usaban brújulas y planchetas», explica Xavier Navarro, director del Instituto Cartográfico Valenciano (ICV), organismo público que depende de la Conselleria de Política Territorial.

La delimitación del término municipal ya era laboriosa hace más de un siglo. «Cada ayuntamiento creaba una comisión de deslinde que conocía los límites municipales. Mediante cálculos matemáticos y proyecciones cartográficas de las líneas y con una descripción literal se acordaban y reconocían los lindes entre ayuntamientos, que se hacían oficiales».

Mojones

Unos acuerdos que «se delimitaban mediante la construcción de mojones, o incluso, en ocasiones, por las características físicas de la zona, como por ejemplo, el eje de un camino o el lado (aguas abajo) de un barranco o acequia principal». El problema es que transcurridos más de cien años algunos mojones y límites físicos de términos municipales no han sobrevivido al paso del tiempo. «Muchos desaparecieron, sobre todo en la costa, o pasan carreteras por donde estaban o se ha construido un polígono industrial. Aunque en el interior sobreviven la mayoría».

Con la modernización de la cartografía, a partir de los año 80 y 90, el IGN decidió digitalizar las líneas de término a partir del mapa topográfico en papel a escala 1:50.000. Una cartografía que es «la oficial, pero que no refleja la realidad», recuerda Navarro.

Para aportar soluciones a esta situación, el ICV ha iniciado una campaña para confirmar los deslindes del siglo XIX con técnicas topográficas del XXI. Una decisión que «soluciona problemas a los municipios y da trabajo al sector de los ingenieros técnicos en topografía, una ciencia en la que el País Valenciano es exportador de expertos», señala el director del Cartográfico.

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