Los jóvenes de entre 15 y 29 años, la conocida como generación Z o post-millennials, tienen asumido que van a necesitar formarse y aprender continuamente en un mundo en el quelas tecnologías avanzan de forma imparable a velocidad de vértigo.

Pero también confían en que el potencial tecnológico que presidirá sus vidas les permita formarse en plan «Matrix», a base de píldoras o inyecciones de conocimiento, metafóricamente hablando, online pero de una forma muy personalizada porque consideran fundamentales los docentes tutores.

Son algunas de las conclusiones que se extraen de la investigación más reciente sobre «Jóvenes, futuro y expectativa tecnológica», fruto de encuestas directas a jóvenes de la Comunidad Valenciana, de Andalucía y de Madrid, encargadas por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción y el BBV.

Es una generación que rechaza el apelativo de «nativos digitales», porque lleva aparejado que se les considere de antemano como expertos tecnológicos, cuando son muy conscientes de que sin un aprendizaje adecuado no se puede sacar partido de las tecnologías.

Asumen, por esto mismo, sus limitaciones ante la continua cascada de innovaciones, al tiempo que reclaman una formación tecnológica integrada en la educación.

La presencia de la tecnología en la educación formal la califican de «insuficiente», como consta en el informe al que ha tenido acceso INFORMACIÓN, y precisamente la reclaman para poder hacer frente al mercado laboral futuro que perciben como «muy exigente en términos de formación tecnológica especializada».

Eso no quita que perciban esta misma tecnología como su salvavidas laboral, a través de procesos permanentes de adaptación y de reinvención.

Integración

Frente a lo que pueda parecer a priori, la completa sustitución del ser humano por las máquinas todavía la ven muy lejana.

Los post-millennials apuestan más por una integración que encarnan en los cíborgs, a los que se refieren con total normalidad hasta el punto de generalizarlos en un futuro no muy lejano como seres-máquina que nos mejorarán a partir de microchips, móviles y memorias externas completamente integradas.

De hecho, el uso de las tarjetas digitales lo ven ya obsoleto y apuntan al empleo de la huella para todo tipo de acciones diarias. Es lo que definen como «esencia humana» que aprecian como parte esencial del desarrollo que viene. Los jóvenes siguen creyendo que las emociones primarán pese a todos los avances que aventuran con las tecnologías. «Me lo imagino como que quiero entrar en mi casa y lo hago por la huella del ojo, o dactilar, algo así», responden.

Los autores de la investigación destacan el valor cualitativo de los resultados obtenidos porque la muestra del estudio se ha llevado a cabo entre grupos de discusión formados por ocho jóvenes de distintos sexos y de distinta situación social y económica también.

De la ingeniería de datos, los post-millennials extraen más lo positivo que los potenciales riesgos de invasión de la privacidad, porque piensan aprovechar la información que les interese.

Consideran en esta línea que los algoritmos les serán muy útiles incluso para tomar decisiones personales e íntimas, lejos del uso puramente comercial. «Alguna vez he pensado en una aplicación que permita saber en un momento dado cuál es la decisión correcta», señalan los encuestados en sus respuestas.

Optimistas

El optimismo que proyectan los jóvenes les lleva, por otra parte, a ver la Inteligencia Artificial como una esperanza contra la emergencia climática y p0r la sostenibilidad del planeta. «Las ciudades futuras serán más ecológicas o no serán», apuntan en la encuesta.

Nuevos materiales, energías renovables, la generalización de un transporte colectivo automatizado y sin limitaciones de tiempo que reducirán de forma drástica el vehículo privado, hogares a modo de gigantescos ordenadores con espacios diáfanos, multiusos y de pequeño tamaño. Así ven su entorno más inmediato. «Entras y pum. Está todo programado, no te mueves del sitio y pum, cambias a la cocina, y pum, cambias al baño», como apuntan desde uno de los grupos encuestados en la Comunidad.

El tiempo de ocio lo perciben por completo a través de la realidad virtual, pero sin dejar de lado las relaciones personales, que siguen situándolas entre las «cosas importantes».

Beneficios

Y finalmente, entre los principales beneficios que visualizan a través de las tecnologías, apuntan tanto a una mayor prevención como a la cura de enfermedades. En el terreno de los avances a que pueda llevar la biotecnología prefieren incluso que no se pongan vetos, sobre todo en las cuestiones referidas a la reproducción y a la perpetuación de la vida, hasta el punto de rechazar lo que los jóvenes califican de «excesivas cortapisas éticas».