«El libro consigue devolver la vida a tantas voces olvidadas que necesitamos seguir oyendo ahora más que nunca». Con esta afirmación, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, quiso destacar el valor de «La guerra ha terminado. Alicante,1939» para recordar a las víctimas de la represión y la dictadura, y a los miles que se exiliaron al perder la guerra porque «la reparación de la memoria es una obligación moral y ética para cualquier sociedad democrática». Una publicación con 36 testimonios desde el lado de los vencidos y 13 fotografías que el dirigente del Consell presentó ayer en el salón de actos del Club INFORMACIÓN después de inaugurar una exposición itinerante que se podrá visitar durante un par de semanas en el diario. La forman imágenes de los últimos escenarios de la contienda en la provincia, tomadas por José María Azkárraga, entre ellas de la finca El Poblet, en Petrer, donde el gobierno de la República celebró su último Consejo de Ministros.

El libro pretende recordar los 80 años del final de la guerra civil en Alicante y es fruto de un encargo de la Conselleria de Justicia y de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias. El presidente de esta entidad, Rubén Alfaro, alcalde de Elda, dijo que la publicación está dirigida sobre todo a las nuevas generaciones, «que quieren conocer la verdad y buscan explicaciones al odio que invadió a unos cuantos españoles». Alfaro puso como ejemplo el mortífero bombardeo del Mercado Central de Alicante en 1938, en el que murieron más de 300 personas.

Los editores, Begoña Lobo y Vicente Ferrer, recopilaron los artículos tras meses de investigación. Lobo defendió el libro como herramienta de memoria para construir una sociedad más crítica en defensa de la democracia, la libertad y la diversidad que debería utilizarse en los institutos. Ferrer destacó que apenas hay testimonios gráficos de los últimos días de la guerra. «La gente destruyó todo lo que les podía comprometer».

En el acto intervino Alicia González Beltrán, superviviente del buque Stanbrook, que partió en marzo de 1939 del Puerto de Alicante lleno de refugiados rumbo al exilio. La pasajera número 2.278, que era una niña de corta edad, homenajeó al capitán Archibald Dickson, que «salvó a más de 3.000 personas y con ellas a todos sus descendientes». Recordó que pocos meses después, el barco fue hundido con su tripulación en el Puerto de Amberes, donde reposan. Nunca fueron rescatados.

En el acto, conducido por el director del Club INFORMACIÓN, Toni Cabot, estuvieron el director del periódico, Tomás Mayoral; el director general de Contenidos, Juan Ramón Gil; el consejero delegado de Prensa Ibérica en la Comunidad Valenciana, Juan Antonio López Ruiz de Zuazo; y el gerente del diario Ángel Angulo. Acudieron las conselleras Rosa Pérez Garijo, Gabriela Bravo y Carolina Pascual, alcaldes, senadores, los rectores y entidades de memoria histórica. Puig se refirió también al 75 aniversario de la liberación de Auschwitz, donde murieron 122 alicantinos.