La falta de conservación de los espigones de la finca Adoc está detrás, según los vecinos afectados, de los graves daños que el temporal causó en este punto del litoral de Alicante, donde el fuerte oleaje destrozó calas y paseos, rompió muros y saltó las barreras de sacos colocadas ante los portales como protección. Una semana después del destructor paso de Gloria, sus efectos siguen siendo visibles: piedras arrancadas que cierran el paso al mar, agujeros en los muros, bancos caídos, balaustradas rotas y mucha suciedad.

Los vecinos han sacado agua, piedras y arena de los bajos de los edificios Torre Alacant y Alacant II, y lo mismo ha ocurrido con el restaurante La Playita, que abrió el fin de semana tras permanecer cerrado cuatro días para poder limpiar, explica Paola Sanz, crítica con la falta de ayuda municipal.

Los afectados piden al Ayuntamiento y a Costas que se pongan de acuerdo para realizar actuaciones de mantenimiento, sobre todo en los espigones, tan destrozados y vacíos de piedras que son incapaces contener las mareas y menos un oleaje como el de Gloria. Los concejales de Urbanismo, Adrián Santos, e Infraestructuras, José Ramón González, constataron «in situ» los destrozos en el paseo y los espigones que protegen las urbanizaciones de la finca Adoc, y admitieron la necesidad de una actuación urgente, que el Ayuntamiento reclamará a Costas, al ser el enclave de su competencia. González dijo que la inversión para reforzar los espigones y los accesos escapa a la capacidad presupuestaria del Ayuntamiento.

Sea como sea, los vecinos quieren que las administraciones asuman las reparaciones necesarias. Opinan que los graves daños son consecuencia de su dejadez al no reforzar las escolleras contra las mareas. «Han dejado morir los espigones. Llevo aquí viviendo 20 años y no dejan de perder rocas, algunos se han partido, y no ejercen su función», explicó Alejandro Strasser, que reside en Torre Alacant. Sus vecinos compraron sacos para proteger el edificio tras romperse el primer día un muro por el empuje del mar. Inquilinos de pisos bajos inundados por el oleaje pasaron toda una noche achicando agua de sus viviendas.

Solo un espigón ha tenido mantenimiento, el más próximo a la Albufereta. Los cuatro que tienen que proteger la finca Adoc están rotos, como explica Pilar Val, conserje del edificio Alacant II. «Dicen que vivimos en una zona privilegiada pero pagamos impuestos y estamos abandonados». También reventó el muro que separa el mar de la Finca Adoc 7, en la calle Sol Naciente 14, y un banco de piedra cayó al agujero. Parte de la balaustrada se desprendió. «Con el arreglo de los espigones, y una barrera para protegerlo de las mareas, se puede hacer un gran paseo peatonal entre Alicante y la Albufereta», señalan los vecinos. En cuanto a las playas, los servicios de limpieza de UTE Alicante están amontonando las raíces que el mar ha sacado y se retirarán una vez secas. La posidonia se queda en la orilla para la regeneración del litoral.