Un singular rodeo geográfico. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ignoró ayer las devastadoras consecuencias que la singladura de «Gloria» dejó en Alicante, pero en cambio sí visitó los daños provocados justo al sur de la provincia, en Murcia, y un poco más al norte, en Castellón, donde estuvo acompañado por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig. Junto a la de Alicante, la provincia de Valencia, que también padeció impactantes desperfectos, fue la otra olvidada por el jefe del Ejecutivo.

Y eso que la agenda de Sánchez estuvo apretada solo por la mañana y primera hora de la tarde. El presidente aterrizó procedente de Madrid en la Academia del Aire de San Javier en Murcia sobre las diez y media de la mañana, donde estuvo reunido con los alcaldes de las localidades ribereñas del Mar Menor, un entorno muy devastado, para después sobrevolar en helicóptero esa zona. Sobre las doce y media se desplazó hasta Peñíscola y Benicarló, en el litoral de Castellón. Y, concluyó su periplo en la población de Cantavieja, en Teruel, allá sobre las cuatro y media de la tarde.

Y ya está. Sánchez no tuvo tiempo de viajar hasta Alicante o Valencia, pero en cambio y ya por la noche sí que acudió a la gala de los Premios Goya en en Málaga. Por cierto, que al evento organizado por la Academia del Cine Español no siempre ha asistido el presidente del Gobierno. Sin ir más lejos, el propio Sánchez no acudió a esa gala el año pasado.

De este modo, el jefe del Ejecutivo no pudo comprobar de primera mano los efectos de la borrasca en Alicante, donde este episodio histórico de mal tiempo dejó dos muertos en Alcoy y la Nucía y devastó toda la franja litoral de sur a norte. Especialmente simbólicas fueron las imágenes de las viviendas destrozadas por la furia del mar en primera línea de la costa de Les Deveses en Dénia o en los paseos de Xàbia y Calp.

Sánchez no ha estado muy fino a la hora de atender las catástrofes climatológicas que en tiempos recientes han afectado a las comarcas alicantinas. A diferencia de lo que ha sucedido ahora, sí aterrizó en la provincia durante el último desastre, la DANA que asoló la Vega Baja en septiembre del año pasado. Pero se trató de una visita relámpago en la que apenas estuvo diez minutos según testigos presenciales -veinte según el comunicado oficial de la Generalitat- y en la que no hizo declaraciones a los medios de comunicación que le esperaban en Orihuela. Sí las hizo, de nuevo, en Murcia.

Al menos ayer sí que se hizo ver en la provincia uno de los miembros de su Gobierno, el ministro de Ciencia Pedro Duque, quien rindió visita a Xàbia, localidad donde tiene una residencia y suele pasar periodos vacacionales y fines de semana, y a la cercana Dénia. Duque reiteró que las playas del litoral de la Comunidad estarán listas para el próximo periodo turístico de Semana Santa y prometió trasladar al consejo de ministros los desperfectos sufridos en esas dos poblaciones que, admitió, son «bastante grandes».