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El IES Virgen del Remedio abre la lengua de signos a vecinos de la Zona Norte

La AMPA del centro extiende la enseñanza para integrar a las personas sordas en todo el barrio - Alumnas del instituto colaboran en la iniciativa

Aspecto de una de las sesiones gratuitas en el instituto.

El Instituto Virgen del Remedio, único con una aula específica para alumnos sordos, extiende la enseñanza en Lengua de Signos a todo el barrio en una iniciativa social de la AMPA que ha obtenido una subvención y ofrece estos cursos, previa inscripción, a cuantos vecinos y ciudadanos quieran aprender a comunicarse con las personas sordas.

La asociación de padres de alumnos ha abierto el periodo de inscripción para los próximos cursos que se reanudan el día 3 de febrero desde su página en Facebook, como apunta el presidente, Maurilio Bianchi. El centro educativo cuenta con una amplia trayectoria en la atención al alumnado con discapacidad auditiva y la concienciación del resto de los estudiantes ha llevado al instituto a ampliar el programa al conjunto de la sociedad.

«La iniciativa surge precisamente del interés de unas alumnas por comunicarse con compañeras con dificultades auditivas y hemos creado un espacio donde compartir, conocernos y comunicarnos», explica Bianchi.

Cintia Sánchez, responsable de impartir estos curso gratuitos en sesiones de tres horas los lunes por la tarde, añade que lo más complicado es «empatizar con la persona que no oye». Y empieza por explicar que sin necesidad de usar la voz, todo se puede colocar en el espacio a partir de un lenguaje que es visual.

Cuando al que está aprendiendo lengua de signos se le escapa alguna palabra, Cintia les reconviene: «No te entiendo», sostiene, y les insta a expresarse corporalmente porque los signos no corresponden a una palabra en concreto sino a términos más amplios.

Las posturas a adoptar con la mano para expresarse es de lo más complicado para las personas que oyen. No es tanto que cueste como que se tienen prejuicios y a veces da vergüenza, por ejemplo el gesto de los cuernos que se usa para indicar una llamada por teléfono, como señalan.

Elena Palmero cuenta que siempre le había interesado aprender la lengua de signos y que en su trabajo con niños de Infantil le puede resultar muy útil. «No tengo en el aula niños sordos pero resulta muy interesante por la integración social, es como un idioma más».

Cintia abunda que incluye videos y películas de personas que hablan de perfil para que los que oyen se pongan en la piel del día a día de una persona sorda e incluye actividades de expresión corporal.

A Elena Pradillos, pedagoga terapéutica, le interesan estos cursos porque en su especialidad es fácil que algún niño tenga discapacidad auditiva «y necesito apoyarme en la lengua de signos y afianzarla para comunicarme».

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