Las altas temperaturas que se alcanzan en el centro de la plaza del Ayuntamiento de Alicante cada noche del 24 de junio, durante la tradicional cremà de la Hoguera Oficial, han inutilizado los chorros de agua de una fuente que durante años se convirtió en un atractivo para vecinos y turistas, sobre todo para los más pequeños. Sin embargo, la cremà ha dejado inutilizada la instalación municipal, al «derretir» el mecanismo que se sitúa bajo las baldosas. La fuente entró en marcha al inicio del mandato de la popular Sonia Castedo, hace exactamente una década.

Ese problema se encuentra sobre la mesa de los técnicos del área de Infraestructuras, dirigida por José Ramón González (PP), que no saben aún muy bien qué solución tomar sobre la fuente. Por un lado, se plantean arreglar el mecanismo que ha quedado inservible tras años quemándose una hoguera de grandes dimensiones sobre él (aunque se colocan protecciones para reducir el efecto del calor sobre el terreno), haciéndolo a su vez más resistente a las altas temperaturas que se registran en la plaza del Ayuntamiento con motivo de la cremà de la principal hoguera de la ciudad, cuando se pueden llegar a alcanzar los 250 grados, según confirman fuentes de los Bomberos. La otra solución es directamente la inacción. Es decir, dejar la fuente tal y como está, sin funcionamiento, con las rejas sobre unos chorros por los que hace meses que no sale el agua.

El dilema lleva tiempo sobre la mesa de los técnicos, y por extensión de los responsables políticos, pero desde el gobierno municipal aseguran que todavía no hay una respuesta para una instalación que lleva meses sin uso, sin que el agua salga por la docena de surtidores repartidos por la plaza del Ayuntamiento de Alicante.

No son pocos los turistas que pasan por la zona que se cuestionan a diario qué son esas rejillas, incluso existen guías que, a preguntas, responden que se trata de una fuente de la que lleva tiempo sin manar agua, para disgusto de los más pequeños que, en épocas de calor, habituaban a jugar entre los chorros. El futuro de la instalación sigue en manos de Infraestructuras, que debe decir si devolverle el uso o abandonarla del todo.