Primera toma de contacto en el Ayuntamiento de Alicante para establecer medidas de control del ruido en el Centro Tradicional (entorno de Castaños). El equipo de gobierno activó ayer los trabajos para instruir el expediente de zona acústicamente saturada con una reunión en la que la Concejalía de Medio Ambiente emplazó a las distintas áreas a presentar los informes que tienen que elaborar sobre restricciones horarias y de veladores, suspensión de licencias de pubs, incremento de la presencia policial y otras actuaciones con las que el ejecutivo local pretende solucionar el conflicto entre vecinos y hosteleros a consecuencia de la actividad de ocio.

Los concejales de las áreas implicadas en la redacción de las medidas contra el ruido, que se harán extensivas también al Casco Antiguo después de que sus vecinos anunciaran su intención de ir también a los tribunales, volverán a reunirse la próxima semana para avanzar en los mecanismos de control de ruido.

El ejecutivo municipal (PP y Ciudadanos) se comprometió en noviembre a iniciar los trámites para implantar ese instrumento de control del ruido pese a que también acordó recurrir -aunque inicialmente dijeron que la acatarían- la sentencia del juzgado de lo Contencioso 4 de Alicante que le condenaba a establecer una zona acústica saturada con medidas ambientales para reducir los decibelios en once calles del área urbana donde se desarrollan el tardeo y el ocio nocturno. El equipo de gobierno consideró que la sentencia iba en la línea de los trabajos iniciados por la actual Corporación buscando compatibilizar el derecho al descanso con la oferta de ocio que una ciudad como Alicante tiene que dar a sus vecinos y visitantes. Según los datos que expuso la Asociación de Locales de Ocio y Restauración (Alroa), en el centro se concentran unos 120 locales y trabajan unas 2.000 personas. Se celebró una reunión de empresarios y trabajadores del sector de ocio que manifestaron su inquietud por el futuro de los negocios en los que han invertido su dinero y por el sustento de miles de familias, y acordaron medidas de presión como la colocación de carteles explicando a la clientela las consecuencias del establecimiento de la zona acústicamente saturada.

El alcalde, el popular Luis Barcala, se reunió tanto con los hosteleros como con los vecinos que ganaron al Ayuntamiento en los tribunales para explicarles la decisión de recurrir así como el inicio en paralelo de un plan para adoptar medidas de control del ruido. Entre ellas un plan de ordenación del eje de Castaños, con revisión de la superficie de ocupación de los veladores y del número de mesas y sillas para garantizar el paso peatonal; una revisión de horarios de cierre; y el uso de medidores e indicadores que permitan el tratamiento de big data a la hora de justificar que las decisiones que se toman están fundamentadas.

El abogado de los vecinos del Centro Tradicional, Luis Santamaría, explicó que quieren reducción de veladores y de horarios hasta las doce de la noche en invierno y las doce y media en verano; y aseguró que a varios residentes se los han llevado en ambulancia con ataques de ansiedad por no poder dormir a consecuencia del ruido. También advirtió de la gran cantidad de comercios que han ido cesando en su actividad por las molestias del ocio, «y todo eso se ha ocultado».