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Un semáforo a ninguna parte

Los vecinos del PAU 1 piden que se dé prioridad a los vehículos en las zonas poco transitadas y una reducción de la velocidad en las avenidas

Uno de los pasos de peatones, regulados por semáforo, que llevan a un descampado, por lo que los vecinos piden que se activen por botón. rafa arjones

Semáforos que llevan a ninguna parte en el PAU 1. O, al menos, que solo conducen a descampados que son poco (o nada) transitados por los vecinos del barrio, pero que se accionan como si continuamente hubiera personas esperando a que se pusieran en verde para cruzar por ellos. Esas situaciones obligan a que los conductores sufran esperas en balde, frente a los semáforos, sin atisbo alguno de peatones en la zona.

En busca de una solución, la Asociación de Vecinos PAU 1-Juan Pablo II reclama al Ayuntamiento que instale semáforos «de botón» en los pasos de peatones que conducen a descampados, es decir, en aquellos que no son cruces. «Son pasos donde apenas cruzan peatones y que retienen a los coches de forma injustificada», señala el último escrito registrado por los residentes, que apuntan a regulaciones semafóricas situadas en las avenidas Médico Ricardo Ferré y también en la esquina de Vicente Blasco Ibáñez con Médico Pérez Martorell.

Ahí no se quedan las peticiones de los vecinos del PAU 1 en cuestión de tráfico. Por otro lado, y también ante las cada vez más frecuentes carreras de coches en avenidas del barrio, piden nuevas limitaciones de velocidad. En respuesta a esa situación, los afectados exigen al Ayuntamiento que se limite la velocidad, desde los actuales cincuenta kilómetros por hora hasta los treinta, «especialmente en toda la circunvalación de la plaza Juan Pablo II, así como en las calles adyacentes». Los vecinos también sugieren la necesidad de incluir «radares y/o badenes» en las avenidas Médico Ricardo Ferré y Blasco Ibáñez. Entre las peticiones al Ayuntamiento también figura dotar de mayor visibilidad el cruce bajo el Puente Rojo ante la falta de un espejo, para que así los conductores vean mejor los vehículos que circulan por la calle.

En el escrito registrado en el Ayuntamiento, del que no han obtenido ninguna respuesta según el presidente de la asociación vecinal, Francisco Sampere, se alerta de la situación que se produce a diario a las puertas del colegio Salesianos, donde familiares de los alumnos estacionan sus vehículos en doble (y triple) fila, «taponando la principal salida del barrio ante la inacción más que evidente de la Policía Local de Alicante», según denuncian unos residentes que por otro lado recuerdan el anuncio realizado por el gobierno de Barcala justo una semana antes de las elecciones municipales, en el que informaban de la ampliación de la línea de autobús (la 12) que conecta el PAU 1 con el centro de la ciudad. En ese comunicado, el ejecutivo entonces integrado únicamente por concejales del PP señalaba que se implementarían mejoras en el transporte urbano, entre la que destacaba que la línea 12 ya no finalizaría en Luceros sino que se prolongaría hasta la Plaza del Mar, en el entorno de la playa del Postiguet. Además, también se habló de una mejora en la frecuencia horaria, ya que los vecinos lamentan que «el Día de Reyes, por ejemplo, solo pasó el autobús cada hora, dejando a gente fuera por ir a tope». El gobierno de Barcala anunció un aumento de la frecuencia de esa línea y una ampliación del trayecto que todavía, ocho meses después, nada se sabe. Los vecinos esperan que esos cambios se incluyan en los Presupuestos municipales de 2020 cuyo borrador ya han acordado los socios de gobierno (PP y Cs) a la espera de las negociaciones que se abran en breve con la oposición.

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