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La llegada de extranjeros permite a la provincia crecer pese a caer la natalidad

La población aumenta en seis meses en 10.515 personas y deja la cifra récord de 1.873.295 residentes, la más alta desde 1971

La provincia de Alicante registra un récord de población. jose navarro

La inmigración ha permitido que la provincia de Alicante haya vuelto a crecer en población pese al continuo descenso de los nacimientos. En concreto lo ha hecho en 10.515 personas durante el primer semestre de 2019, según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística. Así, la población de la provincia asciende a 1.873.295 personas, la cifra más alta desde que el INE comenzó a hacer registros en 1971 y aleja a la provincia de los años más duros de la crisis, como 2015 o 2016, en los que la población llegó a reducirse debido sobre todo al éxodo de inmigrantes que regresaban a sus países de origen.

Ahora la tendencia se ha invertido y en el último semestre han llegado a la provincia 22.474 personas procedentes de otros países, son 3.560 más en comparación con el primer semestre del año 2018. La Unión Europea se confirma como la mayor emisora de inmigración hacia la provincia, con países a la cabeza como Reino Unido, que pese al Brexit marca récord. Desde el año 2008 no habían llegado tantos británicos como en el primer semestre del año pasado, cuando se asentaron en la provincia 3.900.

En cuanto a los continentes que suelen aportar trabajadores a la economía de la provincia, Sudamérica sigue estando a la cabeza, con países destacados como Colombia o Venezuela. Los residentes procedentes de este último país se han multiplicado por diez desde 2008, coincidiendo con el recrudecimiento de las condiciones de vida en este país. Otras naciones, como Ecuador, que en los años de bonanza económica aportó mucha población inmigrante, ocupa ahora puestos más discretos. El continente africano es el segundo en cuanto a población más vinculada a la mano de obra y se mantienen los países tradicionalmente emisores, como son Argelia y Marruecos.

Estos datos ponen de manifiesto que la inmigración residencial sigue teniendo un importante peso en nuestra provincia, que por sus condiciones climáticas y sus buenas conexiones con Europa siempre ha sido un polo de atracción para jubilados de media Europa que la escogen como retiro dorado. Un perfil de residente que ahonda en el reto demográfico que la provincia tiene que afrontar en los últimos años debido al envejecimiento de la población. «Son personas que van a necesitar también de plazas en residencias geriátricas y servicios médicos, sobre todo en zonas de costa y en pueblos pequeños, más alejados de las grandes ciudades», señala Quino Palací, geógrafo y presidente de Jovempa en l´Alcoià y El Comptat.

Y es que el aumento de la población, debido también al descenso de la mortalidad que se viene registrando en los últimos años, no libra a la provincia del envejecimiento y de todos los retos que supone tener una pirámide de población mal construida, con pocos nacimientos y una enorme base de población mayor. «En la provincia hay 2,1 personas por hogar y 1,3 hijos por mujer, por lo que no hay una tasa de renovación», advierte el geógrafo de la Universidad de València, José Vicente Sánchez. El principal desafío es cómo sostener un sistema de pensiones que tiene que atender a cada vez más personas mayores con menos población en activo. «Tal y como está planteado, el sistema no se sostiene», advierte Sánchez.

Desde el Colegio de Economistas de Alicante recuerdan que actualmente hay 2,2 cotizantes por cada pensionista y se estima que dentro de 30 años el número de jubilados pasará de los 9,6 millones actuales a 15, por lo que en el hipotético caso de que tuviéramos pleno empleo habrá un pensionista por cada trabajador. Para mantener el sistema actual hará falta crear 14,5 millones de nuevos puestos de trabajo, algo que no parece muy probable que podamos lograr.

El aumento de la población registrado en la provincia de Alicante durante el último semestre es del 0,5% y supera al registrado en el conjunto de la Comunidad Valenciana, cerró el primer semestre de 2019 con un crecimiento de su población de un 0,48 por ciento --lo que se traduce en un total de 23.742 personas más- en relación a la que presentaba al inicio del pasado año. De esta forma, su población roza los cinco millones de personas -4.998.711 personas exactamente-, según los datos provisionales sobre población y migraciones difundidos este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Más de 4.000 personas sin empadronar

En su mayoría son extranjeros de la Unión Europea que no necesitan de este trámite para residir legalmente

Cerca de 4.100 personas residen en la provincia de Alicante sin estar dadas de alta en el padrón de sus respectivos municipios. Así se desprende al cruzar los datos de población facilitados por el Instituto Nacional de Estadística con los del padrón a fecha 1 de enero de 2019, que fueron publicados el pasado mes de diciembre. En su mayor parte se trata de personas extranjeras procedentes de países europeos que eligen la provincia como destino residencial una vez cumplida la edad de jubilación y a quienes el trámite del empadronamiento no les supone ninguna ventaja, ya que suelen acudir a la sanidad privada y no tienen hijos en edad escolar. Por contra, para un extranjero extracomunitario el trámite del empadronamiento es esencial si quieren conseguir papeles.

No obstante, el que haya más población empadronada es beneficioso para los municipios, ya que de su número dependen las ayudas económicas que puedan recibir.

De ahí que muchos ayuntamientos de localidades pequeñas de la Costa Blanca, como recuerda el geógrafo Quino Palací, hayan emprendido en los últimos años auténticas campañas informativas para animar a la población extranjera a empadronarse. «Los ayuntamientos tienen que seguir haciendo mucha pedagogía para lograr que todo la población residente esté empadronada».

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