Aunque el mar estaba ayer a 15 grados en Alicante, una temperatura fresca para ser el Mediterráneo, cuatro valientes se introdujeron en el agua para buscar, nadando a la carrera, la cruz que el padre de la Iglesia Ortodoxa acababa de lanzar al mar. La búsqueda de la cruz fue la culminación a un rito que comenzó minutos antes con la procesión desde el templo que esta comunidad tiene en el Raval Roig, que continuó con rezos y cánticos recordatorios del bautizo de Jesús en el Jordán, y que siguió con la bendición de las aguas y de todos los asistentes a la celebración, alrededor de un centenar de personas que se dieron cita en el Postiguet.

El más rápido fue Inoanut Oproae, un rumano de 33 años que reside en Alicante desde hace dos y trabaja en la construcción. Hace 15 años fue la primera vez que lo intentó, sin éxito. Sus padres y hermano acababan de trasladarse a vivir a la provincia y quiso participar en la tradición que cada 6 de enero celebra en el Postiguet la iglesia ortodoxa. Ayer consiguió rescatar la cruz, que guardará en su casa todo el año y que tendrá que devolver el 6 de enero de 2021. Estaba orgulloso de su hazana. «Para mí es una bendición. Significa que Dios me quiere, me da salud y de todo».

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Su familia quiso fotografiarse con él y la cruz, lo mismo que amigos y asistentes a la ceremonia. También sus tres contrincantes, que se abrazaron al terminar el rescate de la cruz, aún dentro del mar, besando el icono religioso.

El día de la Epifanía supone el cierre de la Navidad para los cristianos ortodoxos, al menos para los que siguen el calendario gregoriano. En la provincia viven casi 70.000, la mayoría rumanos y rusos, pero también hay búlgaros, serbios y griegos. La celebración del bautismo de Jesús comenzó en la parroquia de San Andrés y San Nicolás, en la calle Virgen del Socorro 59 de Alicante con una ceremonia y continuó con una procesión que bajó por la pasarela del Postiguet hasta llegar a pie de playa. Llamaban la atención de los alicantinos y turistas que se acercaban a la playa en una soleada mañana de Reyes, en la que el padre Nicolás Vera rezó para que se anulara «todo poder maligno dirigido hacia nosotros». Para los niños ortodoxos, sobre todo los griegos, ayer no fue el día de los regalos. Se los trajo San Basilio, que se celebra el 1 de enero, justo nuestro Año Nuevo, que para los ortodoxos es en septiembre.