«Ya ni siquiera se tiran solo en Hogueras. También en Navidad y, si lo permiten, se dispararán cada fin de semana. Luceros acabará siendo una gran montaña de arena si no paramos las mascletàs». Éste es parte del mensaje que Juano Aparici, de la plataforma Salvem el Nostre Patrimoni, leyó ayer en la primera protesta para reclamar el traslado de la pirotecnia fuera de Luceros por el deterioro que sufre la fuente de Bañuls (1930). Mañana, a las 14 horas, se disparará en torno al monumento la segunda mascletà de Navidad, por Reyes Martí, con 90 kilos de pólvora.

Secundaron la convocatoria una treintena de personas, representantes de colectivos culturales, ciudadanos y vecinales, que mostraron pancartas con mensajes como «Mascletàs en Luceros, no», «Alacant SOS Luceros», y «Stop mascletàs», a la vez que corearon mensajes en favor de la salvaguarda del patrimonio de la ciudad.

Los asistentes precisaron que no están en contra de los espectáculos pirotécnicos sino de que se sigan disparando en la fuente de Bañuls, que presenta multitud de desperfectos a simple vista. Según los estudios realizados por expertos, los daños se derivan de los materiales empleados (polvo de mármol y cemento blanco), junto a agentes externos como el tráfico, el TRAM, el clima salino y las mascletàs que se lanzan desde el entorno de la emblemática fuente alicantina, que no es restaurada desde 2007. A ese deterioro se unen los destrozos que provocó en los caballos un ciudadano con un martillo.

La polémica en torno a Luceros resurgió tras las últimas Hogueras porque, tras retirarse los cajones que protegían los caballos, se evidenciaron, más si cabe, los desperfectos que sufre la fuente. El Ayuntamiento cifró en noviembre en 300.000 euros su reparación, que consistirá en la limpieza y relleno de las grietas con un gel especial de alta resistencia y duración.

Javier Pastor, portavoz de la plataforma, señaló que «está demostrado que las mascletàs son cada vez más potentes y caen cascotes por todos lados. No tenemos nada en contra de ellas pero pueden hacerlas en otro sitio». Carmen Sánchez Brufal, de la asociación Controversia, invitó a poner el patrimonio por delante de otras cosas «porque nos queda muy poco».