El Ministerio de Fomento ha realizado una auditoría o estudio pormenorizado del estado de la AP-7, «para determinar las actuaciones que debe llevar a cabo la actual concesionaria para que el estado de conservación previo a su entrega sea adecuado», según adelantó el ministro de Fomento, José Luis Ábalos el pasado mes de julio.

Este informe se ha remitido a Abertis tras examinar la situación actual de la autopista, al que la concesionaria podrá alegar. «En general está en bastante buenas condiciones, salvo algún defecto que se requiere subsanar, aunque no está cuantificado cuánto puede costar», explicó el secretario de Estado de Infraestructuras, Julián López.

Al respecto, también señala que «todas las autopistas tienen un inspector de explotación que elabora un informe sobre las condiciones exigidas en las concesiones. Se podrá reclamar a Abertis, aunque haya acabado la concesión. Esta situación ya se produjo con las radiales en Madrid que estaban en mal estado. Aunque la AP-7 no tiene nada que ver. Está bien conservada, excepto algún punto de discusión, pero el estado general es bastante bueno».

Los tramos de la AP-7 Tarragona-València y València-Alicante, cuentan con 225,32 y 148,5 kilómetros de longitud, respectivamente. El primero de estos trazados registra un tráfico medio de 22.707 vehículos al día, mientras que el que une la capital valenciana y Alicante contabiliza 20.124 tránsitos, si bien también en los meses estivales superan la cota de los 36.000 usuarios diarios.