La desidia y falta de interés que preside la política turística municipal ha provocado que Alicante se haya colocado en los últimos años a la cola en cuanto a inversión por habitante en promoción turística, hasta el punto de que, en estos momentos, según la Asociación Provincial de Hoteles, solo se invierten cuatro euros en promoción por vecino. Catorce euros menos que en Benidorm, quince menos, por ejemplo, que en Málaga, y la mitad que en València (8 euros), ciudades similares en producto a la capital de la provincia, en la que el turismo representa el 27% del PIB.
Los hoteleros van a cerrar un buen año, pero denuncian que el Ayuntamiento no se está tomando como debiera el turismo por la falta de previsión, como se ha demostrado con el retraso y caos que ha supuesto la puesta en marcha del alumbrado navideño. «Que hayamos sido noticia nacional por la falta de luces ha perjudicado la imagen de Alicante como destino, y fallamos en temas básicos como el de carecer de un Palacio de Congresos», subraya Victoria Puche, presidenta del colectivo de directores. «Somos casi la tierra de la Navidad, tenemos los turrones en Xixona y no hemos montado ni un buen mercadillo navideño».
El Ayuntamiento de Alicante destina 1,4 millones de euros a la promoción turística, València 2,4 millones de euros a los que se añaden otros 1,5 millones que aporta la Fundación Visit València, organismo mixto junto a los empresarios, y que funciona como Visit Benidorm, con 1,5 millones de euros de presupuesto en una ciudad con un censo de 65.000 habitantes. En València, cuatrocientas empresas colaboran con aportaciones económicas para la promoción e, incluso, la fundación comercializa productos turísticos a porcentaje obteniendo fondos que se destinan a la promoción.
Los hoteleros lamentan, por ejemplo, que el Patronato Municipal de Turismo no tenga todavía cerrado el presupuesto para 2020, ni siquiera una planificación. «Una ciudad como Alicante necesita, como mínimo, trabajar con cuatro millones de presupuesto y ahora tenemos 1,4 millones. Los técnicos del Patronato son grandes profesionales, pero llevan ya dos años sin un director/gerente que les coordine y así todo un poco. Necesitamos un mayor compromiso desde el Ayuntamiento», asevera Puche que, por otro lado, pone como ejemplo el retraso que acumula la construcción del Palacio de Congresos, infraestructura de la que se lleva hablando en Alicante desde 1966.
En Alicante se ha perdido oportunidad de negocio por no poder captar congresos como el de Oftalmología de 3.000 personas, el de Hematología y Trombosis de 2.200 personas, o el del Pulmón 1.000, que llevan varios años queriendo venir pero no lo han hecho por falta de un gran centro. «Coincidimos con Mari Carmen Sánchez, la concejala de Turismo. No hace falta una obra faraónica pero sí algo funcional como, por ejemplo, como en Mallorca. Lo que no puede ser es que nos estemos quedando a la cola», denuncia Puche.
El congresista gasta de media 208 euros al día, mientras que el de «sol y playa» se queda en 146 euros, según los datos que manejan los hoteleros. La mayoría opta por alojarse en hoteles de cuatro estrellas. Un 30% del gasto de un congresista recala en el hotel, el resto se distribuye entre restaurantes, compras, transporte, ocio y la propia cuota de inscripción al congreso, por lo que los estudios valoran el gasto medio total de un turista de congreso está entre 250 y 350 euros día. «Alicante necesita turistas que gasten dinero y el Palacio de Congresos es estratégico», recalca Puche.
