Abertis, empresa concesionaria de la AP7, ha iniciado el desmantelamiento de los peajes. De entrada se han retirado dos máquinas expendedoras de tiques en el acceso desde las localidades de Dénia, Ondara y Xàbia, una medida que ha obligado a cerrar dos de los cuatro carriles de incorporación a la autopista, provocando largas filas de coches y propiciando que el personal tenga que entregar los comprobantes en mano a los conductores, en un intento por agilizar el tráfico. El vial, con todo, continuará siendo de pago hasta el 1 de enero, tal y como estaba previsto.
Trabajadores de la empresa con los que ha podido hablar este diario explican que junto a las máquinas «también se ha comenzado a retirar equipos informáticos y otro tipo de material que se ubica en las casetas y las oficinas de los peajes». Creen que la empresa quiere adelantar el trabajo antes de la liberalización de esta carretera, que está programada para las 0:00 horas del día 1 de enero de 2020. Una información que confirma Maika Faro de CCOO, quien señala que «se supone que el mismo día 2 de enero deberían comenzar las labores de demolición de los peajes», para posteriormente acondicionar los tramos de carretera afectados.
En cuanto a lo que sucederá a partir del 1 de enero, los sindicatos señalan que «hay muchas cuestiones en el aire». Daniel Sancha, rerponsable nacional de autopistas de UGT, explica que parte del personal que actualmente trabaja para Abertis en labores de conservación, debería continuar a través de un contrato subrogado con una nueva concesionaria que se haga cargo de ese mantenimiento de las vías. Sin embargo, explica que el Ministerio de Fomento no tiene los pliegos elaborados, por lo que no tienen claro lo que sucederá con esos trabajadores, pero tampoco con esos trabajos. Sancha adelanta que se especula con que se lleve a cabo un contrato de emergencia a través de tres empresas, que asuman la conservación y que también acogerían a esos trabajadores.
Otra de las preocupaciones que existen en relación con el futuro de la AP7 está relacionada con la financiación del mantenimiento de la misma. Ambos sindicatos hacen hincapié en que es mucho el dinero que se requiere para que una vía de estas características se sostenga en condiciones óptimas, por lo que creen que en un futuro se podría tener que regresar al modelo de concesión o que el propio gobierno busque la forma de recaudar fondos para costear ese gasto.
Los trabajadores que a día de hoy siguen operando los peajes de la autopista son el lado humano de esta liberalización. Todos estos trabajadores, así como los que desempeñan labores administrativas, recibieron el pasado lunes la carta de despido por parte de la mercantil, en la que se les notifica que su relación laboral con Abertis finaliza el día 31 de diciembre.
Maika Faro, desde CCOO, recuerda que solo en la provincia de Alicante serán despedidos 32 trabajadores de los 55 que hay en plantilla, mientras que en el total de los peajes de la AP7 desde esta provincia hasta Tarragona, serán 136 las personas que recibirán el finiquito. Faro lamenta que no se haya buscado una mejor solución para aquellos trabajadores que quisieran mantener su puesto de trabajo. Explica que tanto los trabajadores de los peajes, como los administrativos y los de conservación pertenecen al mismo grupo laboral, por lo que si se hubiese ofrecido la posibilidad de bajas voluntarias a los conservadores con mayor edad, se habría podido reubicar a algunos empleados en lugar de finiquitarlos.
Los operarios de Abertis resaltan que la empresa solo les ofertó 10 plazas para reubicación, pero desempeñando las mismas funciones, por lo que las únicas opciones eran en el norte de Cataluña o en Zaragoza, donde mantienen concesiones.
Las barreras se levantarán a las cero horas
El Ministerio de Fomento levantará las barreras de la autopista AP-7 a las cero horas del próximo 1 de enero, segundos justo después de que la provincia haya entrado en 2020, según han confirmado fuentes del Ministerio y la concesionaria que pondrá fin a la concesión. Asimismo, se ha contratado a una brigada para solventar cualquier incidencia mientras se adjudica el desmantelamiento final.
Habían circulado rumores de apertura de barreras a las 22 horas del día 31. Fuentes sindicales consultadas por este diario explican que era una de las peticiones que le hicieron a la empresa, argumentando que en una fecha tan señalada y ante su inminente despido, «los jefes podrían tener ese detalle y dejar que nos vayamos antes para tomar las uvas en casa», pero subrayan que «nos dieron un no rotundo», por lo que, de entrada, será a las cero horas.
