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Un colegio en el alambre

La Aneja precisa reformas desde hace años que la UA, propietaria del inmueble, descarta acometer, ante la indiferencia de Generalitat y Ayuntamiento

Fachada del colegio La Aneja, con las cornisas cubiertas con mallas. L. G. L.

Cientos de profesores han pasado en el último medio siglo por el histórico colegio La Aneja para hacer sus prácticas. Situado en la cima del Monte Tossal, junto al Castillo de San Fernando, al lado de los Conservatorios Superiores y Profesionales de Danza y de Música, pertenece a la Universidad de Alicante (UA).

Construido en el año 1964, el paso de los años ha hecho mella en un inmueble que en sus primeros años de vida fue la sede de la Escuela de Magisterio. El centro público tiene apuntalados los sótanos, la planta tercera se encuentra cerrada y las cornisas están cubiertas con unas mallas para evitar desprendimientos.

Con estos datos, no es descabellado entender que sea necesaria una reforma del edificio. ¿Cuál es el problema, entonces, para que se haya quedado fuera de las ayudas del Plan Edificant de la Generalitat? Ayuntamiento, Conselleria de Educación y UA se pasan la pelota unos a otros, mientras La Aneja va a peor.

Vayamos por partes. El vicerrector de Campus y Tecnología, Rafael Muñoz, reconoce la situación anómala del edificio y, de hecho, envió escritos al colegio, al Consistorio y al departamento de Vicent Marzà alertando del estado de la estructura.

«Pero, en estos momentos, no tenemos presupuesto» para abordar la rehabilitación, afirma el vicerrector, que destaca la predisposición mostrada por la UA para ceder «o vender por un precio simbólico, un euro» el edificio, siempre que su uso sea como colegio.

Muñoz recalca la preocupación del rector por la situación «de un bien patrimonial» y anuncia que volverá a enviar un escrito a la dirección territorial en Alicante interesándose por la cuestión.

Por su parte, la conselleria recuerda que las obras de construcción y reforma de los colegios «van a cargo de la institución propietaria del edificio, que en este caso sigue siendo la UA».

Asimismo, recuerda que el Ayuntamiento y la institución académica entablaron conversaciones en el año 2016 «para que la universidad cediera tanto la parcela del colegio como el edificio al Consistorio, pero no se llegó a un acuerdo».

Y, para terminar de echar balones fuera, incide en que una vez la propiedad tanto de la parcela como del edificio sean de titularidad municipal, está «totalmente dispuesta a cooperar y colaborar al máximo con el Ayuntamiento para incorporar este colegio al Plan Edificant y determinar la actuación más indicada para dignificar sus instalaciones».

«Sí hay deficiencias»

La tercera pata de este tema, el Ayuntamiento, es consciente de que el inmueble presenta «bastantes deficiencias» y se solidariza con los padres de los alumnos, pero recuerda que la reforma «es responsabilidad de la conselleria, nosotros no tenemos las competencias, lo que pedimos es que la Conselleria de Educación invierta o asuma el edificio», alegan fuentes municipales.

Y en cuanto a las conversaciones con la UA para hacerse con la propiedad del inmueble, «los informes técnicos desaconsejaron la operación».

Entre tanto, el director del centro, Antonio Alegre, afirma que «urgencias no hay», pero sí son precisas una serie de actuaciones que «deben ser prioritarias» para el Consell.

Sobre los 4.000 euros que la Asociación de Madres y Padres de Alumnos va a aportar para adecentar unas salas de la tercera planta, Alegre recalca que «la UA nos cede el uso y la AMPA va a habilitar un espacio en esa zona, pero el colegio también tiene dinero e invierte en actuaciones».

¿Y la AMPA? Sin entrar a valorar la situación, deja claro que se dedica «a intentar aportar las mejoras oportunas a la vida escolar de nuestros hijos, siempre con el consenso de los padres y madres socios de esta asociación, y expuestas y aceptadas en nuestras asambleas».

Un incendio dejó sin luz el edificio y activó el plan de emergencias

Por si no fuera suficiente, hace un mes se produjo sobre las diez de la mañana un incendio de carácter eléctrico originado en la caja del cuadro exterior de la fachada del colegio, según fuentes municipales, que añadieron que se desplazó una dotación con seis bomberos. Por su parte, el director informó mediante una nota explicativa al día siguiente a los padres del suceso, especificando que el colegio se desalojó «inmediatamente al patio interior», como está previsto en el plan de emergencias. Tras la actuación de los bomberos, los alumnos volvieron a clase a los quince minutos. El centro se quedó sin luz, pero a las dos horas se había arreglado la toma de corriente de forma provisional y el servicio de comedor no se vio afectado.

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