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Los alumnos de La Cañada, condenados dos años más a los barracones

El calendario de las obras aprobado por el Ayuntamiento prolonga su ejecución a febrero de 2022

Entrada a clase en los barracones de La Cañada del Fenollar el primer día de este curso. José Navarro

Los 200 alumnos del colegio público de La Cañada del Fenollar se ven condenados a seguir en barracones otros dos años, como mínimo hasta febrero de 2022, tal y como consta en el calendario de ejecución de las obras del nuevo centro educativo aprobada por el Ayuntamiento en Junta de Gobierno por vía de urgencia.

La construcción, incluida en el Plan Edificant de centros escolares que financia la Conselleria de Educación con 4,7 millones de euros, se había previsto inicialmente con vistas a que los alumnos estrenaran colegio el curso 2021-22, pero según la agenda de ejecución establecida por el Ayuntamiento, que se tienen que encargar de todos los trámites técnicos, la conclusión se demora hasta febrero de 2022.

Los responsables municipales fijan para el año que viene la «redacción de proyectos técnicos y programación del control de calidad», y para las anualidades de 2021 y 2022 «la dirección de los trabajos de asistencias técnicas, dirección de obra y ejecución de obra». El nuevo plan de actuación aseguran desde le Ayuntamiento que se ha elaborado «para concluir el proceso en el menor tiempo posible», y partiendo de que desde la jefatura del Plan Edificant en la Conselleria de Educación se ha exigido «adecuar las anualidades para cada ejercicio presupuestario a las cuantías que efectivamente van a ser ejecutadas y facturadas».

Agilizar

Así las cosas, los padres de alumnos reclamaban ayer, a preguntas de este diario, que se agilicen al máximo todos los trámites porque no quieren que sus hijos estén en los barracones ni un solo día más de lo estrictamente necesario, como señala la presidenta de la AMPA , María López.

«Creíamos que el proyecto estaba hecho, porque siendo concejala Sofía Morales -cuando gobernada el tripartito bajo la alcaldía socialista-, nos presentó un borrador en el que por ejemplo faltaba una cocina para el centro. Si ahora van a partir de cero pensamos reclamar esta cocina porque resulta imprescindible. Más de dos años nos parece excesivo con todo lo que llevamos esperando, catorce años con barracones, así que si no se puede acabar antes de febrero de 2022, el mismo día que esté el centro queremos que nuestros hijos se trasladen sin esperar al curso siguiente», defiende López.

La portavoz de los padres de alumnos añade que pensaban que podrían empezar el curso 2021-22 en las nuevas instalaciones «pero parece por necesidades de los presupuestos se ha decidido aplazarlo al año siguiente. Deberían pensar más en los niños», destaca.

Pese a que este curso han estrenado barracones, los padres siguen sin estar conformes porque el centro ha perdido uno de los aseos, que ya resultaban escasos para alumnos y profesores. «Los barracones nuevos son muy bonitos, pero solo hay cinco aseos para más de un centenar de niños de 3 a 12 años, y con problemas de uso porque son mixtos y las edades son muy dispares. Se ha ganado alguna aula para desdobles cuando hace falta algún refuerzo educativo pero se ha perdido en aseos», concreta.

La Junta de Gobierno también aprobó el plan de seguridad y salud de la urbanización de la parcela del nuevo colegio, y los padres consideran que ya se está tardando en ejecutar, pese a reconocer por otra parte que nunca han estado tan cerca de tener un colegio «de verdad, no de lata».

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