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Dejar el miedo a la puerta del quirófano

El Hospital General crea una «Escuela de rodilla» para resolver dudas y rebajar el estrés de los pacientes a los que se va a implantar una prótesis

Grisel Beviá muestra una prótesis de rodilla a dos pacientes operadas días atrás. Pilar Cortés

Las semanas que preceden a la entrada a un quirófano son un mar de dudas para los enfermos, sobre todo para los más mayores. Testigos directos, a pie de cama, de todos esos temores e incertidumbres que inquietan a sus pacientes, las enfermeras de la planta de Traumatología del Hospital General de Alicante decidieron tomar cartas en el asunto. Así ha surgido la «Escuela de rodilla» una iniciativa pionera en la provincia de Alicante encaminada a reducir el estrés que provoca una intervención quirúrgica y resolver todas las dudas que, por falta de tiempo, se quedan pendientes de contestar en las consultas de los especialistas.

Una vez al mes, son citados a una sesión informativa en el salón de actos del hospital todos los pacientes que al mes siguiente van a ser operados para implantarles una prótesis de rodilla. En esa sesión informativa «se les explica con detalle en qué va a consistir la operación y se resuelven todas las dudas que puedan tener, tanto de la intervención como del posoperatorio», señala Grisel Beviá, supervisora de Enfermería de Traumatología. Durante la charla, los pacientes tienen la oportunidad de ver una prótesis como la que se les va a implantar y tocarla. También se les hace un recorrido, a través de fotografías, de todas las zonas del hospital hasta el quirófano por las que se les va a llevar el día de la operación. En esta charla, además, los pacientes tienen la oportunidad de conocer a las enfermeras que van a estar en quirófano, «de esta forma se encuentran con una cara conocida en el momento de la intervención, lo que reduce mucho el miedo». Los cirujanos y los fisioterapeutas también participan en esta escuela de rodilla, «de manera que todo el círculo se cierra», explica Beviá.

La «Escuela de rodilla» arrancó en el mes de noviembre y la experiencia por el momento no puede ser más positiva, por la gran cantidad de dudas que los pacientes pueden resolver. «Uno de los temas más recurrentes es qué deben hacer con la medicación que están tomando en casa, sobre todo en el caso de los pacientes anticoagulados», señala Juana González, enfermera del servicio de Traumatología. También los objetos que deben llevar en la maleta del hospital son motivo de dudas. «Por ejemplo, les aconsejamos que traigan zapatillas cerradas para no tropezar y que vengan con una muleta o andador porque a las 48 horas ya les ponemos a andar por la habitación». Otra de las dudas recurrentes es si se llevan o no el audífono. «A veces piensan que interfiere con el bisturí eléctrico y nosotros les explicamos que no es así y que además es conveniente que lo traigan para poder comunicarnos bien con ellos».

En estas charlas también se ofrece información práctica de cara a la intervención, por ejemplo que no vengan con uñas de gel porque interfiere a la hora de medir la saturación de oxígeno o que acudan al hospital duchados, pero sin cremas ni colonias, ya que impiden que los electrodos de los monitores se adhieran a la piel. «Son pequeños detalles que pueden dar al traste con una operación», sostiene González.

Uno de los aspectos que más inquietan a los pacientes es la recuperación tras la operación, con la que comienzan a las 24 horas de ser operados usando un aparato llamado artromotor, que va flexionando poco a poco la pierna. «Preguntan si les va a doler, en cuanto les pondremos a caminar, durante las charlas los fisios les dan todos los detalles y tienen oportunidad de tocar un artromotor». A cada charla se suele citar a unos 25 pacientes, de los que acuden una veintena. «Las bajas suelen ser de gente que ya ha sido perada de la otra rodilla, aunque nosotros les insistimos en que vengan, ya que siempre se aprende algo nuevo», señala Grisel Beviá.

«Si lo llego a saber, me opero de la rodilla antes»

«Si lo llego a saber, me opero de la rodilla antes»Blasa Recobeni y Adoración Rojo son dos de las primeras pacientes que han pasado por la «Escuela de rodilla» del Hospital General de Alicante. Desde la cama de la planta de Traumatología reconocían que esta iniciativa les ha ayudado a vencer el miedo que les imponía la entrada en quirófano. «Venía a ciegas, no sabía cómo iba a ser la prótesis, ni qué movilidad iba a tener... en esta charla me lo resolvieron todo», señala Blasa Recobeni. En la cama vecina, Adoración Rojo explica que llevaba once años con molestias en la rodilla. «Si llego a saber que iba a ir así de bien, me opero antes».

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