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La Comunidad destaca en FP y en Bachillerato pero pincha en Secundaria y en inglés

La tercera autonomía con mayor gasto en Educación ocupa ese mismo puesto en fracaso escolar. Uno de cada tres alumnos no acaba la ESO. Los expertos reclaman formación docente continua

Alumnos de Secundaria entrando en el instituto el primer día del curso. VÍCTOR MIRALLES

El nivel del sistema educativo que presenta la Comunidad Valenciana en relación al resto de las autonomías aparece repleto de luces y sombras. Con uno de los peores índices en alumnado que repite alguno de los cursos de la Secundaria obligatoria, junto a Castilla La Mancha, Melilla y Ceuta, estos malos resultados académicos pasan factura al término de la ESO, en que uno de cada tres estudiantes no logra el graduado escolaren nuestras aulas, frente al escaso 14% que arroja el País Vasco, con el mayor éxito educativo.

Este panorama sitúa a la Comunidad la tercera de toda España con mayor fracaso escolar, el mismo puesto que ocupa, paradójicamente, en volumen de gasto público en educación. Es de las que más gasta en el pago de las nóminas del profesorado o para el mantenimiento y construcción de colegios e institutos, además de en la subvención de servicios educativos a las familias, como puede ser la gratuidad de los libros de texto y el progresivo aumento de becas de comedor. En cuestión de ayudas ocupa incluso la cima nacional, seguida de Cataluña y Andalucía.

Los contrastes que caracterizan al sistema educativo de la Comunidad le llevan, por otra parte, al peor puesto en términos de abandono escolar, -los alumnos que no siguen estudiando y están abocados a situaciones de riesgo de exclusión social- y por contra entre las posiciones más destacadas en porcentaje de alumnado que logra titular tras los estudios postobligatorios, tanto en Bachillerato como en Formación Profesional Básica, distanciándose de forma singular de las autonomías que le acompañan en el fracaso en Secundaria y que siguen a la cola también en estos niveles postobligatorios.

La cruel estadística que apunta a un 20% de abandono escolar prematuro en la Comunidad, sitúa la media nacional en el 17,9%, cuando para la Unión Europea, con un 10% de media de abandono, es uno de los principales retos de mejora hacia el acceso al mercado laboral y había establecido que para 2020 ningún país superara el 15% en abandono escolar. Expertos consultados sobre estos datos, extraídos del reciente informe estatal de 2019 sobre el sistema educativo, coinciden en subrayar la urgencia de dotar a las aulas de profesorado cualificado en cuanto se percibe que baja el rendimiento de un solo alumno, para pararlo a tiempo, como subraya el catedrático e investigador de la Facultad de Educación de la Universidad de Alicante, Juan Luis Castejón.

Al igual que la también directora del departamento de Didáctica General y ex decana del citado centro, María Ángeles Martínez, apuesta por insistir en la formación permanente del profesorado y en que se incentive a los docentes que obtienen mejores resultados, responsabilizándoles de los resultados.

Son medidas contrastadas a nivel internacional que mejoran la calidad de la enseñanza, sumadas a procurar una mayor estabilidad de las plantillas, aunque desde UGT subrayan que el 25% de interinidad laboral docente en la Comunidad le sitúan en la media nacional. Conscientes de la situación, desde la Conselleria de Educación subrayan que en los últimos cuatro años la Comunidad ha ido bajando progresivamente los índices de abandono. «Nuestro objetivo es seguir profundizando en este descenso histórico, inyectando más recursos al PAM o Plan de Actuación para la Mejora».

Son los programas de refuerzo educativo que los expertos consideran fundamentales en cuanto se atisban los primeros signos de un bajo rendimiento académico, y para los que Educación destina 126 millones euros por curso y más de 3.000 profesores.

Idiomas

Una mayor implicación de las familias con los centros educativos, a partir de una coordinación previa planificada, junto al cuidado de la figura docente hacia un mayor reconocimiento social, forman asimismo parte de las recomendaciones que apuntan los expertos en ciencia educativa para contribuir a mejorar un sistema que también se sitúa entre los peores en el aprendizaje de idiomas, y más concretamente del inglés como lengua extranjera.

El último informe del Consejo Escolar Valenciano al respecto revela índices de apenas un 1,9% y un 1,3% de alumnos de Primaria y de Secundaria que siguen programas de aprendizaje con contenidos en inglés. La media nacional eleva esta enseñanza a un 27,8% de alumnos en Primaria y un 25,1% en Secundaria.

La Conselleria de Educación sale al paso de los penosos índices en el aprendizaje de inglés señalando que esa es la razón por la que se aprueba la Ley de Plurilingüismo en 2018, para «aumentar la exposición al inglés» entre la totalidad del alumnado, y no solo en algunos centros experimentales como había implantado el PP en 2012. «La implantación de la ley de plurilingüismo es posterior a los datos de esa estadística, y ahora todos los centros de Infantil y Primaria aumentan las horas lectivas en inglés y se ha introducido una hora de competencia oral», afirman.

También hacen hincapié desde el departamento que dirige el conseller, Vicent Marzà, tanto en el refuerzo de la red de centros destinada a la formación del profesorado, con una plantilla de 200 formadores, como en la formación específica en inglés con más de 5.000 plazas gratuitas para docentes en las escuelas de idiomas junto a las estancias formativas en el extranjero.

La calidad del profesorado es precisamente uno de los factores principales de consenso internacional sobre la calidad de la enseñanza, y el referido informe del Consejo Escolar Valenciano de 2019 concreta que 4.000 maestros de Primaria y otros tantos de Secundaria eligen los cursos en nuevas tecnologías y digitalización que organiza el nuevo Cefire (Centro de formación del profesorado) en TIC o Tecnologías de la Información y la Comunicación. La experta en psicopedagogía, Laura Oliva, suma a la exigible educación en idiomas y lectoescritura desde edades tempranas, un mayor nivel en la docencia también tanto a nivel tecnológico como psicoafectivo. «Así se podría detectar en el aula cualquier tipo de anomalía para poder abordarla desde un primer momento y reducir el excesivo fracaso en Secundaria», sopesa.

Para los representantes de los padres de alumnos en las confederaciones autonómicas de centros públicos, Gonzalo Anaya y Covapa, el refuerzo de la figura del docente, su formación y estabilidad laboral resultan claves para mejorar las tasas de abandono y de fracaso. Piden profesores más especializados, que se evalúen los centros para mejorar resultados, y que se favorezca la participación de las familias con los centros educativos, otro de los ítem que las investigaciones científicas del ámbito educativo muestran como referente de los mejores resultados, como acredita el catedrático Castejón. «La mejora de la educación, especialmente en Secundaria donde se detectan los índices de calidad más bajos, incluye acciones coordinadas de centros, profesores, padres y administración», concluye.

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