Ni el acta del primer veredicto condenatorio (7 a 2) que alcanzó el jurado por el crimen de María del Carmen Martínez fue entregado a las partes tras rechazarlo la presidenta del tribunal por falta de motivación, ni ahora, cuando lo han reclamado las acusaciones, aparece el documento. Son dos de los argumentos que está estudiando la Fiscalía para recurrir la sentencia del proceso por el asesinato de la viuda del expresidente de la CAM Vicente Sala del que su yerno Miguel López ha sido absuelto, tras así decidirlo el jurado popular en un segundo veredicto por 6 votos a 3.

Un día después de que la magistrada Francisca Bru notificara la resolución, y a falta aún de ocho hábiles para interponer recurso ante la sala de lo Civil y lo Penal del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), el Ministerio Público tiene pocas dudas de que se ha producido un «quebrantamiento de forma» y la consiguiente indefensión. Motivos que entiende que deben llevar a la anulación del juicio y su celebración de nuevo con otro jurado.

La acusación pública sostiene que la noche del viernes 8, cuando la presidenta del jurado convocó a las partes para comunicarles que devolvía el veredicto al jurado para que «se subsanaran una anomalías», la juez tenía que haberles entregado el acta de ese dictamen «como establece la Ley del Jurado», precisaron.

Pero la magistrada Bru no solo no lo hizo sino que después, cuando, junto a la acusación particular que se ejerce en nombre del hijo mayor de la víctima, solicitaron que se facilitara a ambas ese primer veredicto condenatorio para comprobar si realmente adolecía de motivación, la única respuesta del secretario judicial ha sido un «no consta unido a las actuaciones», según recoge una diligencia de ordenación entregada a las partes al mismo tiempo que la sentencia.

Un acta, la primera de las dos elaboradas por el jurado, cuyo contenido estima la acusación pública que es determinante tanto para constatar si la actuación de la juez al rechazarla fue la correcta y, en caso contrario,para interponer un recurso.

El fiscal solicitó asimismo las grabaciones de las indicaciones que la magistrada dio al jurado cuando les entregó el objeto del veredicto (el cuestionario que tienen que responder para concluir si el acusado es culpable o no de los hechos que se imputan), y al devolverles su primer acta. El Ministerio Público estudia la posibilidad de que con sus palabras Bru pudiera haber influido en la decisión del jurado. Como cuando les dijo que había muchos crímenes se quedaban sin esclarecer.

Tanto grabación del día que concluyó el juicio como la de la noche que se devolvió del veredicto obran ya en poder del fiscal. En la segunda queda patente la tensión en la que se desarrolló una comparecencia donde la juez, visiblemente molesta, responde a las objeciones de las acusaciones con frases tales «el acta es mía», «yo soy la que determina» o «por favor, es que no paran de molestarme».

La magistrada: "Pues como soy yo la que determina..."

Una extremada tirantez entre la magistrada Francisca Bru y las acusaciones presidió la comparecencia en la que la juez comunicó que devolvía el primer veredicto por falta de motivación, tal y como recoge un extracto de esa vista que se celebró a puerta cerrada.

Magistrada (M): Y los jurados tienen que explicar si existen, eh, es que no puedo decir más. Este acta es mía. Ellos tienen que explicar determinadas pruebas que aquí se han practicado digámosle de Policía Científica o periciales de las que han omitido cualquier pronunciamiento que son pruebas de descargo y tienen que explicar.

Acusación particular (AP): Pero es que los jurados no se tienen que pronunciar sobre las pruebas, señoría. Los jurados no tienen que explicar por qué consideran que un hecho no está probado.

M: Perdone, no voy a entrar en discusión con usted.

Fiscal (F): Mi protesta que conste.

AP: Claro, que conste la protesta.

F: Porque, perdone, no veo yo que haya ninguna causa en el artículo 63 de la devolución al jurado que hace la señora magistrada.

AP: De ninguna manera

M: Bueno, pues como soy yo la que determina...

(...)

AP: Señoría...

M: Guarde usted silencio por favor. Entiendo que tienen que justificar por qué no le dan valor alguno.

AP: Señoría...

M: Por favor que guarde usted silencio. Me amparo en sentencia del Supremo en que se tienen que valorar los indicios y contraindicios.

Letrado judicial: Perdone una cuestión de orden señoría, entiendo que se está dirigiendo....

M: Sí, a los jurados por favor, pero es que no paran de molestarme.