"Un humanista que concebía la arquitectura no solo como una herramienta para hacer edificios sino como una ciencia y un arte". La reflexión que el director de la Sede Ciudad de Alicante de la Universidad, Jorge Olcina, ha realizado sobre el arquitecto Juan Antonio García Solera, fallecido en agosto a los 95 años, ha abierto el homenaje a su figura y obra celebrado esta tarde dentro de los actos del Aula de la Ciudad, en el que los ponentes han puesto de manifiesto las carencias urbanísticas que tiene Alicante y que García Solera intentó solucionar con un Plan General que integraba la ciudad con la huerta y el mar, con una concepción moderna y lineal de conurbación de barrios.

Ese instrumento, que García Solera redactó en 1973 acabó en la papelera. Tanto en la exposición de los ponentes como en las reflexiones posteriores se ha puesto en evidencia la falta de un modelo de ciudad y el que no se sabe si alguna vez llegará a tenerlo. Por ello han señalado la necesidad de que se acelere la elaboración de un nuevo Plan General (el vigente data de 1987) y de un catálogo de protección de edificios que evite que se pierdan construcciones valiosas o singulares como las aportadas por el arquitecto García Solera pues ahora no lo están.

El urbanista José Ramón Navarro Vera, coordinador del Aula de la Ciudad junto a Olcina, ha considerado que la capacidad de habitar un espacio "es un don que tienen los buenos arquitectos, como Juan Antonio. Los buenos arquitectos, como él, dejan una huella, un pedazo de su alma en lo que construyen". A la vez ha contado con emotividad que García Solera diseñó la casa familiar de sus padres en Elda y que su vocación comenzó cuando vio sus proyectos y el papel vegetal sobre una mesa.

El periodista Martín Sanz, autor del libro "Testimonio de una época. Conversaciones en el estudio", un homenaje al arquitecto en vida de 150 páginas publicado en 2018 con numerosas fotografías, documentos técnicos, planos y la relación de obras y proyectos más destacados en 60 años de carrera, recordó cómo fueron aquellos encuentros con García Solera. Ha explicado que cuando le visitó, un mes antes de fallecer, se encontró con un hombre "con ganas de hacer planes, de vivir, de seguir generando polémica. Estaba sereno y sosegado, creo que encontró lo que necesitaba en el ámbito familiar y también social con el acto que le organizaron hace un año (en vida) en el ADDA".

Asimismo, ha incidido en que "una parte importante del pasado y del futuro de Alicante pasó por sus manos, su cabeza y su corazón".

Juan Ramón Gil, director general de Contenidos del diario INFORMACIÓN, ha dicho también que García Solera fue un gran humanista que no concebía su trabajo si no era en relación con la sociedad a la que se lo entregaba. Gil ha reflexionado sobre la aportación del arquitecto a Alicante tras leer parte de la tribuna que García Solera publicó en el diario el 3 de junio de 2018 bajo el título "Alicante, sobre el futuro de la ciudad", "una reflexión muy de fondo y a la vez sintetizada sobre lo que es esta ciudad, sus males y los retos para solucionar esos males".

El director de Contenidos de INFORMACIÓN se ha mostrado crítico con la falta de identidad de Alicante, "que parece que se autodestruye y se vuelve a construir cada día, y no está planificada bajo ningún criterio (...) No estamos para tirar cohetes, y la ciudad se ha hecho como se ha hecho, bajo el impulso de las constructoras, a las que no se les ha ocurrido devolver nada a la ciudad". También ha censurado que no hayan asistido a este homenaje representantes del Ayuntamiento y ha incidido en la falta de pasión de la sociedad para exigir a la administración local que funcione de otra manera.

El profesor de la Universidad de Alicante Manuel Alcaraz, conseller de Transparencia el pasado mandato, ha criticado la pérdida del capital acumulado en Alicante en los años 70, "que se quedó en nada con la complicidad de la destrucción o la corrupción". "Cuando se habla de Alicante siento escepticismo y nostalgia (...). Es el Alicante de lo que pudo ser y no fue". Asimismo, ha considerado que García Solera realizaba un planteamiento inteligente de la ciudad, "es el legado que deja, la invitación a recuperar el atributo de la inteligencia".

Por su parte, el hijo del homenajeado, Javier García Solera, también arquitecto, ha agradecido la iniciativa y ha recordado a su padre como un precursor del urbanismo avanzado. Ha señalado que en su caso siempre ha visto Alicante como un espacio de oportunidad en sentido negativo, de inversores o personas que buscan oportunidades y se marchan cuando lo han conseguido. "Sigue el mismo panorama. Mi padre luchó contra esto, en su trabajo y en sus proyectos, la ciudad se construye con mimo y no como un lugar de explotación".

También ha querido explicar que de todos los proyectos que tuvo su padre, muchos de ellos encargo de autoridades y grandes grupos empresariales, los que recordó con más cariño fueron el barrio San Francisco de Sales de Elda y el IES Cabanilles de Alicante. En ambos casos le hicieron un homenaje en su cincuentario.

Desde el público algunos asistentes han reclamado que se recupere el Plan General que García Solera hizo para Alicante en 1973, con aparcamientos perimetrales y que prolongaba la ciudad hacia el sur, al considerarlo plenamente vigente.