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El presidente del Club de Regatas niega coacciones al dueño de La Cantera tras instar su desahucio

El propietario del restaurante ratifica en el juzgado una denuncia contra la entidad por cerrar una barrera por donde accedían los proveedores

El presidente del Club de Regatas (dcha.), al llegar a los juzgados con su abogado, Moisés Candela. PILAR CORTÉS

El presidente del Club de Regatas de Alicante, Miguel López Barbero, y el propietario del restaurante La Cantera, Jaime García, se vieron ayer las caras en los Juzgados de Benalúa por una denuncia por presuntas coacciones que presentó en septiembre el hostelero y que ayer negó en sede judicial el dirigente de la entidad náutica.

El Club de Regatas y la empresa que explota La Cantera mantienen un litigio judicial después de que el pasado junio le comunicaran al restaurante la resolución del contrato que vencía el 8 de septiembre. El Club de Regatas, que ha adjudicado el servicio a otra sociedad, interpuso una demanda de desahucio al comprobar que La Cantera rechazaba marcharse y el 4 de septiembre el empresario hostelero Jaime García presentó una denuncia en comisaría por coacciones contra el presidente del Club, Miguel López Barbero, y contra la propia entidad.

El hostelero ratificó ayer en el juzgado de Instrucción número 8 de Alicante que pusieron un candado nuevo en una barrera metálica por donde accedían sus proveedores y al pedir explicaciones le dijeron que lo había ordenado así el presidente del Club de Regatas. El día de la denuncia el empresario tenía aún el contrato en vigor, de ahí que denunciara las presuntas coacciones ante la Policía.

El empresario considera irregular la revocación del contrato porque el Club de Regatas lo ha adjudicado a otra empresa sin sacarlo a concurso, algo que la entidad considera que no era necesario de acuerdo a la ley. El presidente dijo ayer que no es preciso licitarlo, como cuando se le adjudicó al denunciante en 2001.

El presidente del Club de Regatas, asistido en su comparecencia judicial por el abogado Moisés Candela Sabater, negó las coacciones y que se impidiera el paso de proveedores, además de sostener que la puerta principal al club del Tiro de Pichón está abierta. El juzgado ha requerido al Club para que aporte la demanda de desahucio.

El hostelero también ratificó la ampliación de su denuncia al anularle con una semana de antelación una boda contratada para el 5 de octubre después de que la pareja fuera alertada por el Club de Regatas de que el restaurante no estaba de forma legal y podrían ser desalojados por la Policía.

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