El silencio de Miguel López, quien se ha acogido a su derecho a no declarar, fue uno de los aspectos del juicio por el crimen de María del Carmen Martínez que la presidenta del tribunal, la magistrada Francisca Bru, explicó a los miembros del jurado. «El silencio puede servir para corroborar la culpabilidad pero no como un medio para suplir la falta de pruebas. Tiene valor si ha habido prueba de cargo para vulnerar la presunción de inocencia pero ninguno si ésta no se ha desvirtuado», precisó. La juez ofreció esta interpretación en la última sesión de la vista oral tras entregar al jurado el cuestionario del que debe salir el veredicto. Bru pidió a los jurados que realizaran su cometido «con imparcialidad» e «íntima convicción», pero teniendo presente que «no siempre se pueden conjugar los derechos del acusado y los de la víctima».

La presidenta les reclamó que se centren «en si el acusado cometió o no el crimen» y les recordó que «él no tiene que probar su inocencia sino las acusaciones su culpabilidad». Momento en el que apuntó que «hay muchos crímenes sin resolver» y que, en caso de duda, es preferible un culpable en la calle que un inocente en la cárcel.

Tras agradecer a las seis mujeres y los tres hombres que conforman el tribunal su interés y participación, plasmada en las preguntas que a lo largo de las 16 sesiones de esta vista oral han planteado a testigos y peritos, la juez reiteró en que debían en «centrarse sólo en los hechos que afectan al acusado.

Después, en una exposición generosa en detalles, Bru pasó a explicar a los jurados que para condenar por indicios, lo único con que se cuenta en este caso, estos deben ser «de una singular potencia acreditativa, plurales y en línea con el hecho que se quiere probar». Pero que, «en el momento en que haya un contraindicios, se deben valorar en favor del reo. La motivación tiene que ser su fin, pero tienen que decir por qué consideran un indicio probado y si hay contraindicio», concretó.

La juez continuó su disertación aclarando que «la defensa no está obligada a ofrecer versiones alternativas» y que lo que el jurado tiene que decir es «si el acusado disparó o no a su suegra, no dar respuesta a lo que pudo pasar. Valoren los indicios y los contraindicios y, ante la duda, siempre a favor del reo», reiteró.