«Tenemos la bajada a la playa cortada. No se puede pasar, es muy peligroso». Es el lamento de los vecinos de la Finca Adoc, en la Albufereta, afectados por el reventón del colector de aguas pluviales durante la última gota fría. El camino está lleno de cascotes desde la DANA pese a que la Policía se personó en el lugar y levantó acta de los daños. Las quejas de los propietarios ante el Ayuntamiento por el estado de la zona han resultado, de momento, infructuosas.
Según explican los vecinos afectados, durante las lluvias fuertes del verano se produjeron desperfectos por la fuerza de una de las trombas, que destrozó la caseta del colector. «Una piedra enorme taponó la salida del agua. Como no lo arreglaron, cuando llegó la gota fría, el agua salió por donde pudo, reventó el colector y lo destrozó todo». La consecuencia es que la bajada a la denominada Cala del Francés de los vecinos de los bloques 1 al 4 está impracticable. «Solo vamos en verano y los fines de semana pero, para la gente que vive allí, la zona de paso a las calas es un peligro», afirmaron varios vecinos afectados.
«Cada vez que llueve se va degradando más porque no hay mantenimiento. Cualquier tormenta arrastra cascotes y trozos de ladrillo, está todo lleno de agujeros....», añadieron. Cuando llenó la DANA a la provincia el 12 de septiembre, el torrente de agua que caía desde la carretera hacia el colector no pudo desembocar en el mar por el emisario, como habría sucedido si hubiera estado en condiciones, «porque se forma una rambla en medio de la cala cada vez que llueve». El colector de pluviales, que está en la escalera que da acceso a la playa, acabó resquebrajándose porque la salida del agua estaba bloqueada. Casi dos meses después de la gota fría hay más cascotes en el aire y una palmera que está a punto de caer.
Suciedad
En general los vecinos están muy descontentos con el abandono de la zona. Afirman que la calle Sol Naciente está totalmente dejada, que ni siquiera la limpian, que no hay papeleras y que la gente utilizaba unos bolardos rotos para tirar desperdicios e incluso las bolsas con las cacas de los perros hasta que la presión vecinal consiguió que los pusieran nuevos. Explican que, durante la gota fría, residentes en el bloque 1 tuvieron que salir a retirar la broza porque el agua entraba en sus casas ya que las rejillas estaban sucias.
«Llamamos a la Policía, que vino e hizo un informe. Dijeron que lo iban a mandar al Ayuntamiento pero nadie viene. Varios propietarios hemos enviado correos electrónicos de queja a una dirección de Incidencias. Nos contestan que lo van a derivar al departamento correspondiente pero la zona sigue igual de deteriorada». Otra reclamación tiene que ver con el acceso desde la torre Vistamar a la finca Adoc, «está precintado por los Bomberos pero puede caerse un menor, o un adulto». Les falta aparcamiento y el estado del túnel es deplorable, «lleno de orines y de cacas». No es la primera vez que los propietarios de la finca Adoc se quejan del estado de la zona tras una gota fría. Ya lo hicieron en 2017, con los caminos impracticables, y gran cantidad de tubos al aire.
El estado de las calas, cada vez más estropeadas por el deterioro de los espigones, también les preocupa. «Llevamos más de 30 años viviendo aquí y ya no quedan calas. Hay un muro de contención y se está derrumbando, todo está lleno de piedras. Están sucias, y no recogen todas las algas. Los espigones están deshechos, el mar se lo está llevando, no queda arena», afirmaron varios residentes.
La situación jurídica de los terrenos que se ganaron al mar en los años 60 (la viviendas se salvaron de la demolición tras la última remodelación de la Ley de Costas) ha provocado que la zona nunca haya recibido la atención correspondiente, pese a que los residentes pagan los impuestos como cualquier propietario en Alicante.
Tras consultar con el Ayuntamiento sobre si tiene alguna iniciativa para la zona deteriorada, fuentes municipales respondieron que tienen que comprobar los informes y si hay algún proyecto con los técnicos.
