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Vaqueros y mallas en los uniformes escolares

Los colegios concertados avanzan en el uso de la ropa escolar hacia prendas mixtas y tejidos más actuales

En el colegio concertado Santa Faz de San Vicente el uniforme son los vaqueros para ellas y ellos. pilar cortés

Los partidos que integran el Pacto del Botànic (PSOE, Compromís y Unidas Podemos) han lanzado en el inicio de la campaña electoral la propuesta de modificar un artículo del decreto de Convivencia en los centros educativos, que data de 2008, para dar libertad a las familias y que las alumnas con uniforme puedan llevar pantalón.

La medida que los partidos la explican por razones de coeducación e igualdad, ha pasado desapercibida tanto entre los centros concertados como entre los públicos consultados por este diario. Los primeros porque afirman que con toda naturalidad los uniformes escolares se han ido adaptando a los cambios de la sociedad y que, como mucho, quedará algún centro residual donde se mantenga aquello de chicos-pantalones y chicas-faldas, pero que incluso en estos casos, si una familia reclama un cambio se aborda en el consejo escolar y se opta por admitirlo, como subraya el secretario general de los centros de enseñanza concertada CECE en la provincia, Miguel Ángel Latorre. En su centro, el uniforme son los vaqueros en Secundaria.

En el segundo de los casos, desde la enseñanza pública advierten de que ni perciben polémica alguna al respecto, ni tampoco se está por uniformar a los alumnos, aunque si hubiera algún centro público en la provincia que hubiera optado por este método, lo más seguro es que ya se haya apuntado al unisex, como comenta uno de los representantes de profesorado de los centros públicos en el Consejo Escolar Municipal de Alicante, Miguel Andreu.

La también secretaria general autonómica de Escuelas Católicas, Vicenta Rodríguez, añade incluso que la sociedad va implantando sus propias normas con toda naturalidad, que no hace falta que se regule todo, y que incluso hay empresas que ya están preparando las primeras mallas para las clases de Educación Física tanto para chicas como para chicos, con diseños y tejidos completamente actualizados. «Ni es un problema de convivencia ni crea ningún problema en los centros. No debería ser un tema prioritario para el Consell», critica.

Representantes de Feceval, otra de las patronales de la enseñanza concertada, corroboran el parecer de Rodríguez y añaden que no todo vale para «vender un plan de coeducación», del que consideran que el uniforme no es parte prioritaria «porque no plantea problemas», como puntualiza el director de la federación, Mariano Vivancos. Por contra, cita como necesario incidir en los índices de fracaso escolar o los problemas de calidad de la enseñanza que «con todo respeto, contribuyen más a los principios de igualdad». Añade a su vez entre otras «discriminaciones reales, la falta de ayudas al transporte en centros concertados, o la homologación salarial que desde el punto de vista docente tampoco llega», subraya, «y no si las chicas llevan pantalón o falda que ya se respeta desde los propios principios constitucionales. Sin necesidad de estar legislado ya existe un mandato de libertad para este tipo de cuestiones », afirma.

Tampoco el presidente de la federación provincial de padres de alumnos concertados Escuela y Familia, Javier Rubio, percibe como necesario acudir a la regulación de los uniformes desde el momento en el que las familias pueden elegir uno u otro colegio. «No creo que el uniforme figure en el nivel de preocupación de las familias, pero si sobre esa cuestión existe algún problema puntual, se gestiona en el propio centro y se han admitido los cambios. Concapa aboga por la libertad pero al elegir un centro también hay que ser coherente», concluye.

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