P La cifra de mujeres asesinadas por sus parejas no deja de aumentar. ¿Sirven de algo las campañas que se impulsan desde los consistorios, consellerias o el Ministerio?
R La violencia de género es una manifestación de la discriminación estructural que sufren las mujeres en nuestra sociedad, que se da en el marco de las relaciones de pareja o expareja. Los asesinatos por violencia de género resultan la manifestación más clara y dura de esta discriminación: no hay vuelta atrás ni reparación alguna. Todo lo que implique trabajar hacia la igualdad y visibilizar a las mujeres como sujetos de derechos, de los mismos derechos que nuestros iguales, los hombres, tendrá un impacto directo en la lucha contra la violencia de género. En este sentido, partimos de que las campañas son básicas y necesarias; eso sí, hay distintos matices. En función de cuál sea el objetivo de las mismas pueden ser de sensibilización social para generar conciencia sobre la problemática. También pueden ser de información, básicamente, sobre cuáles son los recursos y servicios de ayuda, de atención especializada o sobre cuáles son los derechos que la Ley le reconoce a las mujeres que han sobrevivido a una situación de violencia.
P ¿Y la prevención?
R Las campañas de prevención van desde el impulso de la coeducación en los centros escolares, la promoción de la igualdad, la resolución de conflictos no violenta, la promoción de la convivencia pacífica, todo esto está previsto en los planes de igualdad y convivencia de los centros educativos. Pero también se trabaja a nivel comunitario, dando información básica sobre cómo identificar situaciones que puedan coincidir con indicadores de riesgo sobre estar viviendo una situación de violencia de género ofreciendo información sobre qué hacer y cómo actuar, tanto si eres víctima como si esa situación la está viviendo una persona cercana a ti. Cómo ves, son muy diversos los tipos de campaña y sus objetivos. También podríamos hablar de las campañas de sensibilización profesional, cuyo objetivo es dotar de herramientas básicas para la detección temprana y la adecuada intervención.
P Hay expertos que piensan que debe pasar una generación entera para que la próxima tenga una conciencia sobre el maltrato y la violencia machista.
R Se ha avanzado mucho en los dos últimos siglos y aún nos queda mucho por hacer. Este sería un cambio social profundo, en tanto implicaría que se repensase la forma en la cual la sociedad está organizada, cómo entiende a hombres y a mujeres en tanto sujetos de pleno derecho, cuáles son las funciones sociales y espacios que nos tiene asignados. Por eso, se supone que se trata de un cambio lento, porque tiene que mover las estructuras que cimentan esta sociedad. Tenemos mucho trabajo por delante y no debemos desistir; es nuestra responsabilidad como sociedad, para con las generaciones futuras, que hombres y mujeres se vivan y se sientan como iguales. Bajo mi punto de vista, la educación afectivo sexual, la coeducación, la educación en valores de igualdad y diversidad, la convivencia pacífica deberían estar en la base de todo sistema educativo, en cualquier nivel y etapa.
P Hay casos como el de hace dos semanas en Dénia, donde la expareja tenía una orden de alejamiento. Da la sensación de que solo la suerte consigue que una mujer amenazada se libre de ser asesinada. ¿Qué opina?
R Lo primero que pensé es que no entendía cómo un sujeto que ha quebrantado dos órdenes de protección, que se ha saltado por dos veces seguidas lo dispuesto por un juez o jueza, sin importarle las consecuencias que ello podía conllevar, estuviese en la calle y no estuviese preso. ¿Por qué se saltan las órdenes de protección? Existe un mensaje de impunidad total ante los quebrantamientos de las órdenes de protección con este tipo de actuaciones, que además puede disuadir a las víctimas a la hora de la denuncia, por desconfianza. La presión del sistema sería adecuado que la sintiesen los agresores no las víctimas, puesto que son ellos los que han cometido el delito y en este caso, reincidió. Hay varios instrumentos estandarizados y validados para la valoración del riesgo en situaciones de violencia de género que están publicados y al alcance de todas las instituciones implicadas, de ahí la importancia de la formación y la especialización y del trabajo en red. Escuchar a todas las instituciones y servicios intervinientes y sobre todo a la propia mujer, puesto que ya hay una sentencia que dice que este señor ha ejercido violencia hacia ella.
