Es un juicio largo, el que surjan roces entra dentro del guión. Y más en éste, el de mayor duración de los celebrados con jurado popular en Alicante, con cerca de un centenar de testificales y las partes peleando cada detalle sabedoras de lo mucho que hay en juego: desde la absolución a una condena de más de 24 años por el crimen de María del Carmen Martínez. Así está ocurriendo, especialmente entre la presidenta del tribunal, la magistrada Francisca Bru, y las dos acusaciones, la pública que dirige el teniente fiscal José Llor, y la particular, que en nombre del hijo mayor de la víctima ejerce el abogado Francisco Ruiz Marco.

Rara ha sido la sesión de las trece que ya ha consumido la vista en que las chispas no hayan saltado en el estrado. Situaciones en que las acusaciones se han quejado de un trato desigual respecto al que la magistrada estaba dispensando a la defensa, que lleva el letrado Javier Sánchez-Vera, cuando la juez ha tenido que verbalizar que ella quien dirigía el proceso y que, por tanto, asumía las consecuencias aunque no estuvieran de acuerdo los acusadores.

En una ocasión Bru ha llegado a amenazar con cerrar el micrófono a Ruiz Marco, con quien ha protagonizado los más sonoros enfrentamientos dialécticos, y en una de las últimas jornadas, cuando durante la declaración de un perito comunicó a las acusaciones que le hicieran las indicaciones que estimaran para hacérselas llegar al declarante, el fiscal no pudo evitar soltar: «Pues bueno es saberlo ahora, señoría».