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Por una frontera más amable

Un arquitecto técnico alicantino diseña una valla de seguridad inocua, como alternativa a las polémicas concertinas de Ceuta y Melilla

Alberto Moreno muestra un documento de su diseño. INFORMACIón

Diseño alicantino para acabar con las polémicas concertinas en la frontera de Ceuta y Melilla, adaptable para centros penitenciarios e, incluso, como dotación de seguridad para los chalés, con menos altura, por supuesto, que la de un sistema de control de fronteras. Alberto Moreno, un arquitecto técnico ilicitano, vecino de Alicante, ha remitido al Ministerio del Interior el proyecto «Valla de Seguridad con Malla Deslizante y Giro», un sistema que evita que se pueda trepar por las vallas de seguridad de la frontera con Marruecos, al estar compuesto por rodamientos que impiden sujetarse e, incluso, mantenerse en la cúpula.

La valla resulta inocua e inofensiva porque no lleva cuchillas. Las concertinas se hicieron tristemente célebres, prácticamente desde su instalación en 2005 en la valla fronteriza con Marruecos en Ceuta y Melilla. El gobierno de Rodriguez Zapatero, que fue quien las instaló, las retiró parcialmente en 2007. Sin embargo, el Ejecutivo de Mariano Rajoy las recuperaría en 2013 manteniendo un sistema de seguridad más propio de los campos de concentración de la Segunda Guerra Mundial que de la Europa del siglo XXI.

Alberto Moreno explica que el «diseño del vallado podría ser la solución definitiva a todos los inconvenientes que generan los vallados de Ceuta y Melilla compuestos por concertinas en los intentos de los migrantes por pasar a España». Algunos extremadamente violentos que ponen en riesgo sus vidas y las de los propio agentes que custodian la frontera.

«Se trata de un vallado sencillo pero difícilmente franqueable. Destaca principalmente por la ausencia total de elementos que puedan dañar a las personas que intenten sortearlo, y por la imposibilidad de permanecer encaramado a él esperando la oportunidad para pasar al otro lado. Además de ello impide el contacto directo entre los asaltantes y las fuerzas del orden», explica Moreno, a quien se le ocurrió la idea tras ver las imágenes de los asaltos y heridos en los informativos de la televisión.

Moreno explica que «la valla evita que pueda ser escalada gracias a su diseño porque resulta imposible frenar el giro de sendos rodillos superior e inferior, cuyo movimiento se ve estimulado por el propio peso de las personas que intentan escalar. Dichos rodillos que giran por la incorporación de unos cojinetes, disponen de unos clavos gruesos de cabeza redondeada que se encargan de enganchar la malla cerrada que configura el cierre del vallado, provocando su giro continuo cada vez que hay un intento de escalada».

Una estructura entrelazada entre ambas caras de la malla y una protección en el rodillo inferior impide cualquier posibilidad de bloqueo en el giro, tanto del rodillo como de la malla. Todo esto, unido a la inclinación de esta última con respecto a la vertical y a la altura del vallado, hace del todo imposible el paso de personas.

Para su construcción se necesita hormigón para la cimentación y acero en los pilares y en la estructura de protección soldada a ellos, y ubicada entre ambas caras de la malla.

La estructura de protección situada entre ambas caras de la malla está compuesta, apunta Moreno, por un bastidor metálico cerrado con chapa microperforada. Puntualmente, si se considera adecuado, «se puede incorporar vidrio de seguridad colocado de forma estratégica para mejorar la visión que ofrece la chapa del otro lado de la valla. Su principal función es impedir la introducción de elementos capaces de atravesar ambas caras de la malla con objeto de detener su giro y también, caso de que cortaran la malla, actuar como un segundo vallado teniendo en cuenta que carece de elementos donde asirse para poder subir por él».

La malla, dependiendo de las necesidades de seguridad, puede ser simple, doble o triple, pero en cualquier caso las partes estarían unidas formando un cuerpo al objeto de que giren de forma simultánea. Moreno subraya que se trata de un vallado de seguridad pensado para fronteras y para cualquier instalación o recinto sensible que requiera un alto nivel de protección, como podrían ser centros penitenciarios, instalaciones militares o de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y también adaptando sus proporciones, a propiedades privadas.

El Ministerio del Interior considera que, de momento, no es posible su adaptación al sistema, dado que sus previsiones actuales se centran en realizar trabajos de adecuación sobre el vallado existente.

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