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La repetición electoral aplaza aún más la solución a la saturación de las carreteras

El tráfico en los principales puntos de la red viaria de la provincia sigue creciendo y los proyectos para ampliar su capacidad o mejorarlos se alejan ante la falta de presupuestos

La repetición electoral aplaza aún más la solución a la saturación de las carreteras

La repetición de las elecciones tiene también consecuencias sobre la saturación que padece la red viaria de la provincia. La falta de un Gobierno definitivo ha impedido elaborar y aprobar unos presupuestos que dieran pie a la realización de obras para reducir la congestión de las principales autovías y carreteras. El problema ya era acuciante a principios de año, cuando precisamente el rechazo al proyecto de cuentas presentado por el Gobierno socialista dio pie a la convocatoria electoral del 28 de abril. La evolución posterior de la situación política ha hecho que la posible solución al problema quede aún más lejos.

Además, la dilación en el tiempo no es el único obstáculo para resolver esta cuestión, ya que mientras pasan los meses el tráfico en las principales vías de la provincia no hace más que aumentar, con lo cual el riesgo de colapso es aún más grave. De hecho, puede afirmarse que en algunos puntos es ya una realidad para la que, a día de hoy, no se contempla un arreglo a medio o largo plazo. La circunvalación de Alicante, la A-70, es un claro ejemplo de ello.

El tramo entre los enlaces de la Universidad de Alicante y Mercalicante terminó 2018 con una intensidad media de 89.663 vehículos diarios, según datos del Ministerio de Fomento. Este año, entre enero y agosto la cifra ya ha subido a 91.761 vehículos diarios, y en julio se alcanzó un registro inédito hasta la fecha, con 101.617 vehículos cada día. Es la primera vez que se sobrepasan los 100.000 vehículos en una vía de la provincia, y además en una en la que confluye el tráfico de carácter metropolitano con el de paso, y todo ello con sólo dos carriles para cada sentido de la circulación.

Este tramo de la A-70 es el tercero de mayor tráfico de toda la Comunidad Valenciana, después de los accesos sur y noroeste a València, a través de la V-31 y la CV-35, conocidas como «Pista de Silla» y «Pista de Ademuz», respectivamente. La primera pertenece al Estado y la segunda a la Generalitat. La intensidad viaria de ambas es bastante mayor que la de la circunvalación de Alicante, con 126.806 y 119.237 vehículos diarios. Sin embargo, a diferencia de ésta, tienen tres carriles por sentido, y no recogen tráfico de paso.

También tiene dos carriles por calzada y tráfico tanto de corta como de larga distancia la A-31, otra de las vías de la provincia que precisa de un arreglo que pese a su urgencia todavía tardará bastante en llegar, si es que se produce algún día. El tramo entre Petrer y Monforte del Cid sobrepasa los 50.000 vehículos diarios de media, y este verano se han alcanzado 62.790 al paso por el término municipal de Novelda. Aquí la escasez de capacidad es un problema, pero más aún lo es la falta de una renovación integral. Abierta hace 30 años, es ya una de las pocas autovías llamadas «de primera generación» en donde no se ha mejorado el trazado, que salvo en puntos muy concretos sigue siendo tan sinuoso como en 1989, cuando lo que se hizo a grandes rasgos fue simplemente construir una calzada paralela a la ya existente de la carretera N-330. La siniestralidad de esta vía no ha sido un acicate para que los sucesivos Gobiernos de distinto color acometieran el arreglo de la vía.

Sí tiene tres carriles por sentido la A-7 a su paso por el Baix Vinalopó, con un tráfico medio diario en lo que va de año de 67.114 vehículos, pero en esta zona persiste otro grave contratiempo, sobre el que este periódico viene informando de manera reiterada desde hace ya más de una década: el pésimo estado del firme. Esto, junto a las curvas que tiene el recorrido y a su falta de peralte, ha contribuido en todo este tiempo a que se produzcan numerosos accidentes, varios de ellos mortales. La solución a esto se antoja tan lejana como la mejora de la A-70, la A-31 y de otras vías de la provincia donde se hace necesaria una intervención, como en la N-332 en Torrevieja y a lo largo de la Marina Alta. La finalización de la A-33 entre Villena y la Font de la Figuera y el desdoblamiento de la N-338 para acceder al aeropuerto de El Altet son los únicos proyectos cuyo final se vislumbra.

Las autopistas de peaje, también cada vez más utilizadas

Las autopistas de peaje, también cada vez más utilizadasLas tres autopistas de peaje de la provincia también han ganado tráfico en lo que va de año en relación a 2018, lo que refuerza aún más la idea de un aumento general de los desplazamientos. Entre Alicante y València se ha registrado una media de 20.841 vehículos diarios, aunque el dato del mes de agosto de 33.026 vehículos da una idea de la importancia que tiene esta vía durante el periodo estival. Por su parte, el tramo de la AP-7 hacia Cartagena ha visto incrementado su uso en un 2% en lo que va de año, y en la circunvalación de Alicante sobrepasa el 8%, aunque esta vía sigue estando infrautilizada, con una media de 7.493 vehículos diarios, que en agosto aumentó hasta 11.933. Pocos, teniendo en cuenta su capacidad y que, además, es gratuita durante las horas centrales de la noche desde que fue rescatada por el Estado tras la quiebra de su concesionaria.

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