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Lo que queda de Franco en la provincia

Calles, placas, escudos y honores aún recuerdan el régimen franquista mientras otros monumentos se mantienen por su «valor artístico y arquitectónico» siguiendo la actual Ley de Memoria Histórica

Placa de «presidente de honor a perpetuidad» dedicada a Franco en Torrevieja. Información.

El 24 de octubre de 2019 quedó grabado en la historia de la democracia española como el día en que Franco abandonó el templo que él mismo ordenó construir por prisioneros más de cuarenta años después. Meses de tensión política y litigios judiciales entre el ejecutivo y los familiares de Franco, lograron derribar uno de los grandes tabúes de la memoria histórica de España. Un paso de gigantes para uno de los pocos países democráticos occidentales que aún no ha enterrado a los muertos que dejó una Guerra Civil presente en la sociedad actual 80 años después.

En la provincia de Alicante son numerosos los lugares en los que los homenajes al alzamiento de julio de 1936 y al régimen que se prolongó hasta la muerte de Franco en 1975 no han sido eliminados: calles, escudos, insignias, placas del antiguo Ministerio de Vivienda, y demás menciones de exaltación y represión de la dictadura.

En el caso de la capital de provincia, fuentes municipales y de la Conselleria aseguran que «según consta en el expediente, en octubre de 2018 recibimos comunicación según la cual ya fue modificado el callejero. No han informado de más vestigios». Asimismo, Pablo Rosser, arquitecto técnico del Consistorio, miembro de la extinta Concejalía de Memoria Histórica, añadió que «Alicante ha cumplido a rajatabla con todas las exigencias de la Ley en retirada de honores y distinciones, democratizado símbolos franquistas y cambio de espacios y vías públicas». Sin embargo, el Banco de España conserva una vidriera donde se muestra el Águila de la bandera preconstitucional. Dicha institución explicó a este diario que «es un ejemplar de interés artístico de la primera mitad del siglo pasado, cuya modificación supondría atentar contra la integridad del conjunto de un edificio histórico que conlleva además riesgos para la estructura». La ciudad aún mantiene en el dintel de sus puertas placas de las Viviendas de Protección Oficial del Ministerio de Vivienda franquista con el yugo y las flechas, construidas en los años 50 y 60, una circunstancia que se repite en muchas otras poblaciones de la provincia.

Honores en los municipios

A la disputa por el callejero, en la que se encuentran inmersos multitud de municipios en Alicante, se suman los escudos empedrados y los honores que perduran.

En Torrevieja, ubicada en el Club Náutico, aún figura una placa que recuerda que Franco es «presidente de honor a perpetuidad» de esa entidad que, aunque es de carácter privado, se asienta en una concesión de la Generalitat Valenciana.

Xàbia conserva en el parque del jardín de Loreto, ubicado en el centro histórico, un baldaquino de piedra que cubre una cruz construida a los caídos en 1949. En esta estructura, se encuentra grabado en piedra el escudo preconstitucional con el águila, el yugo y las flechas. El Ayuntamiento aprobó su retirada en sesión plenaria, pero los trabajos para su ejecución aún están pendientes.

En Poble Nou de Benitatxell, todavía a día de hoy el dictador posee el título honorífico de hijo adoptivo desde su nombramiento el 1 de abril de 1940. El actual gobierno local, de Més Benitatxell, ha anunciado una moción en el próximo pleno para retirarlo.

«El trabajo no ha terminado»

Asimismo, otros municipios han cumplido ya con la Ley de Memoria Histórica. Es el caso de Sax, que en el año 2016 retiró el título de hijo adoptivo de la Villa. La localidad de Hondón de los Frailes, tapó con un molde de yeso el águila que presidía la cruz de piedra situada enfrente del edificio consistorial, eliminando así los vestigios del alzamiento en sus calles, según relató su alcalde, Eleuterio Jover.

En la capital de provincia, la Asociación «Alicante Vivo» y la Comisión Cívica para la recuperación de la memoria histórica, así como los grupos políticos del bloque de la izquierda, solicitan que se constituya de nuevo la Comisión de Memoria Histórica. Lo intentaron en julio con una moción presentada en pleno que fue rechazada por el PP. «Si cambian las posturas de los grupos que se opusieron, volveremos a intentarlo», apuntó el socialista en la oposición Manuel Bernal. «El trabajo de recuperación de memoria histórica no ha terminado. La derecha debe entender que en esta cuestión debemos caminar todos los demócratas de la mano», añadió el líder de Compomís, Natxo Bellido.

La «democratización» del franquismo

Amparados en la protección del patrimonio, son muchos los municipios que deciden extirpar los símbolos de exaltamiento franquista y reconvertir el monumento para preservarlo por su valor artístico. Una opción que viene recogida en la Ley de Memoria Histórica. En Alicante son dos las esculturas que se seguirán alzando para siempre en la ciudad: la cruz a los caídos de la Avenida Doctor Gadea fue «democratizada» por el primer alcalde después de la dictadura, el socialista José Luis Lassaletta, al cambiar la inscripción por «a todos los hombres y mujeres que murieron en defensa de sus ideales». Y en los cinco pilares que se erigen en Aguamarga fueron eliminados el yugo y las flechas con la misma finalidad. Ahora, la asociación «Alicante Vivo» pide su «resignificación»: «Proponemos que, teniendo en cuenta que mira hacia el mar, honre a todos los hombres y mujeres que marcharon al exilio». Ambos monumentos son considerados «patrimonio marmolístico».

«La gente merece la verdad»

l historiador alicantino y miembro de la Comisión Cívica, Paco M. Sáez, cuestiona estas alternativas: «Deberían poner una placa que explique por qué se hizo y por qué está ahí. La gente debe saber que no fue por todos los caídos, que fue por unos caídos en detrimento de otros. No pueden pasar por delante y creer lo que no es. Aún queda mucho trabajo por hacer».

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